jueves, 3 de marzo de 2016

Ultimátum









Te busco en el infinito
En los años sin tiempo
En huellas antes de ser pisadas.
Te busco en mis veinte
En mis ojos sin lágrimas

En la luz de tus mejores años.


Persigo la fuerza de tu cuerpo,
El brillo serrano de tu piel,
Entre las mortecinas luces de la feria.
Siempre imperceptible para ti,
Apenas libélula tras la luz.

Te hallo y te traigo a mis cuarenta
A la llamarada de mi sexo experimentado

A la mujer que creció mientras estuvimos perdidos.
Invitado a la última puesta en escena de mis sueños.
¡Hemos andado tanto sin caminar nada!
De Norte a Sur, y viceversa.
Cara o cruz
Amor u olvido.

Patricia Báez
8/2/2016
Baní, prov. Peravia

Mujer de los rieles














A mi que me dejaron sin voz,
Cerrado el útero de desamor,
siguiendo la mala estrella del hierro de sol a luna.

A mi que no me comprendieron,
Arrancados mis hijos de su jardín,
Empujados mis blancos huesos al abismo.

 A mi que se me despojó del amor
Y dieron por abrigo fría noche,
Al amparo de la luna y sus lobos.

A mi que no tuve defensa.
Señalada con rencor,
Tres veces repudiada:
Mujer, pobre y negra.

A mi que calmé el hambre de las bestias,
Raído mi cuerpo,
 El alma ya en pena.

A mi, caminante a la orilla del tren de Sánchez.
El pecho henchido de imaginar sus caritas;
Bolsillos vacíos. Punto negro del paisaje diurno.

A ti, a quien he venido a hallar en el hades.
A ti, que me odiaste hasta morir.

A mi, que me empujaste a la muerte en vida,
Sábeme a gloria el infierno
Si he de verte purgar el dolor de mis heridas.



Patricia Báez Martínez
17/2/2016
Baní, prov. Peravia

* La foto corresponde a las vías férreas de los vagones cañeros del suroeste dominicano. 

Mujer de los rieles














A mi que me dejaron sin voz,
Cerrado el útero de desamor,
siguiendo la mala estrella del hierro de sol a luna.

A mi que no me comprendieron,
Arrancados mis hijos de su jardín,
Empujados mis blancos huesos al abismo.

 A mi que se me despojó del amor
Y dieron por abrigo fría noche,
Al amparo de la luna y sus lobos.

A mi que no tuve defensa.
Señalada con rencor,
Tres veces repudiada:
Mujer, pobre y negra.

A mi que calmé el hambre de las bestias,
Raído mi cuerpo,
 El alma ya en pena.

A mi, caminante a la orilla del tren de Sánchez.
El pecho henchido de imaginar sus caritas;
Bolsillos vacíos. Punto negro del paisaje diurno.

A ti, a quien he venido a hallar en el hades.
A ti, que me odiaste hasta morir.

A mi, que me empujaste a la muerte en vida,
Sábeme a gloria el infierno Si he de verte purgar el dolor de mis heridas.



Patricia Báez Martínez
17/2/2016
Baní, prov. Peravia

* La foto corresponde a las vías férreas de los vagones cañeros del suroeste dominicano.