Por Patricia Báez
Martínez
No cabe dudas de que el ex
presidente Leonel Fernández Reyna (1996-2000 y 2004-2012) es un gran lector. El
país le conoce como un ex catedrático universitario y un hombre aficionado a la
lectura, sabedor de muchas teorías elaboradas por otros. Además, gran
concertador de acuerdos electorales que le permitieron llegar al solio
presidencial en tres ocasiones, y no más porque la Constitución se lo prohibió
en dos ocasiones. Desde sus inicios en las lides por la Presidencia, se le han
endilgado poderes especiales: primero era el León (símil entre su nombre y las
cualidades de fuerza, destreza y capacidad de devoración del animal carnívoro)
y luego de ser un gran conocedor de la realidad política local e internacional.
Esa cualidad de conocimiento se ha visto exacerbada recientemente, cuando la
Junta Central Electoral se vio precisada a suspender las caóticas elecciones
municipales. Leonel Fernández fue el único líder político y candidato
presidencial que se opuso a la implementación del voto electrónico, y el
fracaso de las elecciones de febrero, le dieron la razón.
Sin embargo, consideramos que
Fernández Reyna no tiene ninguna cualidad especial que le haga acreedor del calificativo
de visionario o previsor, dado que un país con una cultura política del fraude
bastante arraigada, sin institucionalidad y sin tradición tecnológica (males de
los que él mismo es corresponsable junto a los demás gobernantes y a su actual
asesor electoral), era fácil predecir el caos. Es por ello que nos hemos
permitido hacer estas aclaraciones, necesarias para que algunos cerebros
aterricen.
Si Leonel fuera un gran
visionario:
1 1. Hubiese
advertido a tiempo que un hombre, que se autodenominó como su ex amante, iba a
revelar que él es gay previo al proceso electoral de 2004, ocasionando graves
trastornos a la campaña electoral de entonces, al punto de que el partido bajó
la línea de que debía casarse de manera urgente.
2. No
hubiese sido el artífice de la reforma constitucional de 2010 que habilitó a
Hipólito Mejía.
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3. También
habría sospechado que Danilo Medina le iba a dar un golpe de estado a lo
interno del PLD y hubiese pactado con
Hipólito Mejía en 2012.
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4. Se
habría cerciorado de que Quirino Ernesto Paulino Castillo le diera el dinero
para la planta eléctrica en efectivo para que Funglode (su bunker) la comprara
y así no dejar rastros que comprometieran su nombre y el de la institución.
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5. Habría
tratado de negociar con Quirino para que éste no lo delatara como lavador de
activos provenientes del narcotráfico a través de la actividad política y
educativa.
6 6. Habría
previsto que le harían “coca” en las primarias abiertas del PLD, a las que
también se opuso por ser abiertas, pero en las que participó como vaca que va
al matadero.
7 7. Hubiese
sospechado que tanto Félix Bautista, su hijo putativo, como Margarita Cedeño de
Fernández, su esposa, no iban a correr tras él a su salida abrupta del PLD. Y,
por último:
8 8. Al
menos sospechara que su salida del PLD y la formación de una nueva fuerza
política solo son el inicio del fin de una estrella política que ya se apagó.
La autora es periodista y
politóloga.
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