(Rebuscando entre mis libros hallé unas cuatro hojas en las que había redactado esta conferencia que dicté a compañeros de la carrera de Comunicación Social en el Paraninfo de Humanidades, en abril del año 2002. Ha pasado el tiempo, unos quince años, pero hay que dejar constancia para poder comparar los escenarios más adelante, y saber de dónde partimos).
La proporción de espacio que se
le dedica a la salud en los medios de comunicación no es muy significativa. De
hecho, la Secretaría de Salud Pública es una fuente a visitar en ocasiones
especiales o cuando el representante de esa institución así lo solicita, no
como sucede en el Palacio Nacional y en el Congreso, donde los periodistas
están asignados con carácter de permanencia. Tendríamos que preguntarnos ¿Y es
que el Presidente no se enferma? Claro que sí. Pero los medios venden más
ejemplares publicando cualquier insignificancia dicha por el presidente, que
desarrollando ampliamente un tema de salud más utilizable por la generalidad de
la población.
En los medios de comunicación
escritos, hay que distinguir entre temas de salud utilizables y más utilizables.
La información publicada es utilizable cuando el secretario de Salud anuncia
una jornada de vacunación o un brote epidémico; es más utilizable, si su
contenido le permite al lector prevenir o tratar algún tipo de afección en su
propio hogar (en prevención cabe desarrollar una información sobre los modos de
prevenir la epidemia que anunció el secretario de Salud), otro beneficio a
ofrecer es el conocimiento sobre los centros asistenciales que ofrecen los
servicios de salud que requiere el lector, el radio y teleoyente (dónde están
ubicados, cuáles son los procedimientos para recibir la atención médica y
cuánto podría costar en términos económicos).
Atendiendo a esa división
tendríamos que hablar de periodistas del área de la salud del día a día y
periodistas de investigaciones en salud. Generalmente, los comunicadores que
narran las incidencias de la cotidianidad se caracterizan por la sencillez en
la información, por la superficialidad, mientras los de investigación están
inherentemente obligados a profundizar los temas, a investigar –de modo
elemental- sus causas, características ay consecuencias, y a plantear –si es
posible- soluciones. Es el periodista de investigación quien generalmente está
al frente de las secciones o páginas de salud especializadas, mientras el
periodista no investigativo trabaja para el cuerpo principal del periódico.
En algunos medios modernos, quien
elabora los trabajos de salud cotidianos, también realiza trabajos de
investigación para la sección especial de salud y viceversa, a veces forman
grupos de trabajos que publican sus noticias o reportajes en diferentes
sesiones del periódico, atendiendo al criterio establecido en cada una de
ellas.
En los medios de comunicación
escritos los periodistas tienen menos limitaciones de espacio que en los medios
electrónicos y esto se aplica a los periodistas de la salud. Mientras en los
medios electrónicos (televisión y radio) una información normal tiene un máximo
de cinco párrafos de tres y cuatro oraciones, o sea, una cuartilla, en los periódicos
se requiere, generalmente, de dos cuartillas en adelante. Esto deja entrever el
imperativo de recabar la mayor cantidad de información posible que se impone a
los periodistas de medios escritos.
Al hablar de género, relacionado
con comunicación y salud…
Es preciso distinguir entre
periodistas y demás mujeres al hablar de género. En el caso de las y los
periodistas, bien ese concepto periodista tiene referencia femenina para
designar tanto a hombres como a mujeres que trabajan en la elaboración de información
Esto podría interpretarse como una ventaja para nosotras, pero sería una
alucinación.
Las áreas y temas principales
están en manos de hombres en nuestros medios de comunicación. Son minoría las
mujeres que ocupan posiciones de mando, que se desempeñan como editoras o
periodistas de áreas como política y economía, pues estos temas “requieren del
tratamiento pragmático del hombre”. Graso error del sistema de medios de
comunicación nacional.
Sin más que decir, muchas de
nosotras somos relegadas a trabajar en el área de salud, sociales y temas rosa.
Por eso, muchas periodistas de la salud son mujeres, además porque en es la
mujer, independientemente de su profesión, quien más se preocupa por el estado
de la salud.
Sin en algún momento les toca
cubrir la fuente de salud, recuerden –mujeres y hombres que esa es un área tan
importante como la política y la economía, todo dependerá del esfuerzo y la
dedicación que ustedes les confieran. Si se olvidan de redactar lo que dijo el
funcionario del gobierno en salud y realizan investigaciones sobre temas de
salud relevantes, los temas de salud tendrían una envergadura como los que
habitualmente ocupan la primera plana, y de hecho tu investigación podría
ocupar la primera plana. ¿A cuántos de los que están aquí presentes no les
interesaría saber sobre la epilepsia, los cuidados pre y post natales, el
cáncer de cérvix, de próstata? Todo depende si la información ofrece buenos
datos y soluciones al problema del lector o de un allegado a éste.
Hablar de género también implica
la inclinación y el tratamiento de la información hacia el mejoramiento de la
condición de la mujer, y la mejor tendencia para informar sobre salud es aquella que ve como un todo
a la mujer y al hombre. No olvidemos que el hombre forma parte de nuestra
sociedad, y no es precisamente escluyéndolo como cambiaremos su postura frente
a la mujer y a su propia salud (frente a la mujer: como ente machista,
dominante, agresor; y frente a su salud: como persona desinteresada por
conservar un estado de salud optimo).
Si queremos reducir la violencia
intrafamiliar tendremos que dirigir nuestra información también a ellos, pues
de nada valdría darle herramientas de defensa a una agredida, mientras el
agresor no está consciente del daño que ocasiona. Ningún sentido tendría
reducir la indicidencia de cáncer de cérvix si los hombres siguen muriendo de
enfermedades caríacas y nosotros, los periodistas y futuros periodistas de la
salud, no les ayudamos.
Hombre y mujer conforman un todo,
esa es nuestra percepción de género y de la lucha feminista. Si nosotras no
somos capaces de reconocer que nuestra principal herramienta para cambiar el
rol del hombre y la mujer frente a la sociedad son nuestros hijios, estamos
perdidas. Hablamos de derechos, de igualdad, mientras muchas educamos o
permitimos que los esposos inculquen a
nuestros hijos conceptos machistas, si reconfiguramos la mentalidad de
nuestras hijas e hijos de modo que haya respeto, consideración y solidaridad
entre el hombre y la mujer, dentro de un plazo no mayor a veinte años, se
habrán reducido tantos hechos indeseados, como es el maltrato a la mujer, y,
muy especialmente, su exterminio en manos del hombre.
Para ayudar a la mujer ¿Cuáles
aspectos debemos promover independientemente de que no están relaciones con la
salud de manera directa?
La ley 24-97, y
La ley 14-97
La primera es el
perfeccionamiento de un artículo del Código Penal que ahora entre otras cosas
tipifica abusos, como el psicológico, que antes no estaba contemplado. Se
establecieron las agravantes y se endurecieron las penas.
La ley 14-94 es más antigua que
la 24-97, pero no ha tenido tanta relevancia. Esa es la ley que protege a las
niñas, niños y adolescentes.
Cómo elaborar una información de
salud
Definir la enfermedad.
Detallar los síntomas que la
acompañan.
Describir su fisiopatología.
Determinar sus causas.
Incidencia.
Consecuencias.
Pronóstico, y
Los diferentes tipos de
tratamientos si los hay.
Estos pasos son los principales.
Cuáles áreas de la medicina son
más importantes e interesantes para el lector
La cardiología, neurología,
neumología, nutrición, cirugía , ginecología y obstetricia, la pediatría,
urología, geriatría… Entre otras más. También están las especialidades médicas
se subdividen en otras más especializadas como es el caso de la cirugía
toráxica, que forma parte de la cirugía general.
La originalidad de los trabajos
Lamentablemente en el país no se
realizan suficientes investigacione en salud y también en otras áreas
profesionales, por eso, nuestros medios de comunicación están atiborrados de
informaciones procedentes de cables y agencias internacionales. Aunque eso nos
permite estar al tanto de las investigaciones en salud, no es menos cierto que
muchas de las conclusiones de esas investigaciones no se aplican a cabalidad a
la población dominicana, por lo que debemos escoger la que mejor nos atañe,
atendiendo a la proximidad y características similares dque compartamos con la
muestra de la investigación.
Un modo de actualizarla es, a
partir de esa investigación en el extranjero, entrevistar a médicos lcoales
sobre el comportamiento d eesa enfermedad o patología en el país. Y si
esposible, constatarlo al hacer investigaciones de campo, o sea, realizando
estudios de casos en personas que sufrieron o sufren la enfermedad en cuestión.
Recuerden algo, nacie nace
sabiendo. Casi todos los periodistas nos especializamos en un área específica y
para ello no es necesario volver a la universidad a estudiar otra carrera,
simplemente hay que arriesgarse, poner interés en lo que se hace y mantenerse
al día de lo que sucede en esa área, después, todo es cuestión de tiempo. Por
tanto, no dudemos que podremos llegar a ser grandes periodistas de la salud, si
eso queremos. De periodistas optimos en el área d ela salud, depende mucho la
salud de la mujer, la reducción o eliminación de sus males. No dudemos en
colaborar con quienes sostienen al mundo.
Buenas tardes,
Patricia Báez Martínez
18 de abril de 2002 Paraninfo de
Humanidades de la UASD
No hay comentarios:
Publicar un comentario