Aurelina Cuevas Román, después de desestimar una denuncia en contra de la
periodista Patricia Báez Martínez, ahora presenta pruebas contra ella por el
mismo hecho
Era el viernes 23 de febrero de este año, esa mañana decidí salir a investigar dónde
era que supuestamente se me estaba investigando por abuso sexual contra mi niña
de 12 años. Pasé por la fiscalía de NNA y me dijeron que allí no había nada
contra mí, que fuera a la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia de Género,
en el barrio 30 de mayo, y así lo hice. Al preguntar, me informaron que sí, que
en agosto de 2018 el padre de mi hija había puesto una denuncia en mi contra
por abuso sexual, maltrato físico y abandono contra una menor de edad, pero que
eso fue desestimado, “porque la niña iba
por un lado y el padre por otro”, dijo textualmente la fiscal Aurelina
Cuevas Román, quien había recibido la denuncia; y agregó: “Esa gente, el padre y la esposa, vinieron mucho aquí para que a usted
la mandaran a buscar presa, pero yo consideré que eso era un abuso”. Le
pedí una certificación de esa desestimación, pero como la secretaria ese
viernes había pedido el día libre, me dijo que fuera el lunes 26. Ese lunes
tenía audiencia en el Tribunal de NNA de la Pedro Livio Cedeño, donde se
discutió la guarda, pero antes de salir fui a la fiscalía por la certificación.
Cuando Aurelina Cuevas Román llegó pidió le buscaran el expediente, al rato me
mandó a buscar, y muy compungida, me dijo: “Yo le dí una información errada, el
caso no está desestimado, de hecho hay una orden de detención en su contra”. Me
quedé pasmada. “Considero que lo que se está haciendo contra usted es injusto”, volvió a
reiterar. Como tenía audiencia ese día, me dejó ir, quedamos que en cuanto yo
llegara a Baní, me pondría a disposición de la UAVVG.
Al yo decir, a través de mis denuncias en las redes, las valoraciones de
Cuevas Román sobre la denuncia aviesa en mi contra, fue suspendida por varios
meses. Entonces inició la contienda entre su ex jefa y yo, Georgia Teresa Abreu
Román, la cual denuncié en diferentes instancias, aunque Bolívar Sánchez no
quiso recibir la denuncia en la Procuraduría, y fue separada del puesto. Primero
estuvo en la Fiscalía de Baní como asistente del Procurador Fiscal y luego la mandaron para Azua, a la Unidad de
Atención a Víctimas de Violencia de Género de ese municipio, para que siguiera
abusando de otras mujeres, cambiando testimonios de niños para solicitar
órdenes de arresto. Pues fue ella, quien por encima de Aurelina Cuevas Román,
tomó el expediente, cambió el testimonio de mi hija para pedir una orden de
detención dizque por exhibicionismo.
La niña fue llevada a cámara Gesell en San Cristóbal, a pesar de que me
opuse porque sabía que iba a ser una tortura para ella. Y fue llevada
totalmente manipulada por el padre y su esposa, pero a pesar de eso, todo salió
bien, porque mi hija es un ángel (lo mejor dentro de lo peor) y porque oré mucho
y pedí unción del Señor en ese lugar. De las cuatro acusaciones, solo una
mantuvo la niña: Que le daba con todo y por todo. Y admitió, una vez más, que
dice mentiras, así como que su padre le informa de mis publicaciones en Facebook
y que deja los expedientes del caso rodando por la casa y ella los hojea. Ése video
es la única prueba válida contra mí en ese caso.
Sin embargo, hoy, la titular de la Unidad de Atención a Víctimas de
Violencia de Género de Baní es Aurelina Cuevas Román, sí, la misma fiscal que
me dijo que había desestimado el caso porque la niña iba por un lado y el papá
por otro, y que consideraba injusto lo que se me estaba haciendo, y ella va a
presentar cargos contra mí el lunes 16 de diciembre.
Las pruebas en mi contra
son:
1- 1 El
testimonio del padre (testimonio interesado en desaparecerme de la vida de mi
hija).
2- 2 Testimonio
de la trabajadora doméstica de la casa del padre (que nunca ha ido a mi casa ni
me conoce, y cuyo video donde ella cuenta lo que la niña supuestamente le
contó, lo graba su padre y la esposa sin ser ellos parte del Ministerio Público
ni tener auto de un juez para colectar esa prueba).
3- 3 El
acta de nacimiento de la niña (que lo único que prueba es que ella existe y
quién es).
4- 4 Reporte
de rendimiento escolar del Colegio Dominicano de La Salle (a ver qué tiene que
ver eso con lo que se me acusa).
5- 5 Un CD
contentivo de la entrevista en la cámara Gesell (que más que hundirme, me salva,
y que tendrá que ser admitido también como prueba a descargo).
Me preguntaba indignado mi adorado Orbis Beltré: “¿Pero es que esa fiscal no tiene oficio?”
No lo creo. Me parece que ella le teme al padre de mi hija, porque conoce las
influencias que él maneja, pues ya una vez la hizo suspender, y ella le tiró
ese bulto al juez, para que cuando hagan una archivo definitivo del caso, él no
vaya en contra suya. Muy inteligente de su parte, y la apoyo –en este instinto
protector- porque considero que ella también ha sido víctima colateral de la
violencia que se ejerce contra mí. La otra posibilidad es que Cuevas Román esté
recibiendo órdenes del fiscal Darío Tejeda Fabal, quien es un brazo ejecutor de
las maldades del senador Wilton Guerrero en el municipio.
(Haciendo
un paréntesis: Después de la destitución de Cecilia Báez de la UAVVG de Baní, a
finales de marzo de 2018 (1 año y 8 meses), ya van tres (3) titulares de la
unidad: Georgia Teresa Abreu Matos, Praxísteles Méndez Segura y ahora Aurelina Cuevas.
¿Está caliente la silla? Parece que solo el fundillo de Cecilia Báez podía
contener las órdenes del brazo ejecutor del cacique de Peravia). Recordar que
Cecilia Báez fue la fiscal que solicitó medida de coerción –por violencia de
género- contra Vantroi Suazo, el pupilo de Wilton Guerrero, quien estando aún preso fue designado por el Presidente
Danilo Medina secretario de la Juventud.
Gasté 5,000 pesos dominicanos y un mes de esfuerzo
denunciando a Georgia Teresa Abreu Matos y conseguí que la quitaran del puesto,
lo que hicieron en silencio, mas yo me encargué de pregonarlo, para que las
mujeres de este país sepan que es
posible quejarse de las autoridades y hacer que sean removidas de sus cargos.
Sin embargo, luego la mandaron al mismo puesto, pero en Azua. Pudiera volver a
gastar lo mismo e invertir igual esfuerzo, y hacer que quiten a Aurelina Cuevas
Román, por incoherente y sospechosa de corrupción –y conste que la corrupción
no es solo recibir dinero-, pero ¿Para qué? ¿Para que la manden a la UAVVG de
Nizao?
Hoy la Procuraduría General de la República pretende lavarse las manos por las muertes de Anibel González y Juana
Domínguez en San Pedro de Macorís, a causa de los delitos de una red de
mafiosos de la Fiscalía de esa jurisdicción, cuya figura visible es la fiscal Margarita
Hernández, pero no se las pueden lavar. Las manos del Procurador Jean Alain
Rodríguez, de Ana Andrea Villa Camacho, de Bolívar Sánchez, y otros tantos
funcionarios corruptos más, están sucias de la sangre de mujeres víctimas de la
violencia machista.
A mí me critican porque denuncio los atropellos en
mi contra por las redes sociales, ¿Pero qué hubiese sido de mí, si no denuncio
por esta vía? ¿Si no pongo en evidencia a mi fino agresor? Que sepa yo, ni
Anibel González ni Juana Domínguez, ni muchas otras víctimas del odio machista,
han usado esa vía. A veces me pregunto: ¿Me han salvado las redes? Él podrá tener
30 órdenes de alejamiento a su favor (mi madre dice sobre esto: ¿Y quién quiere acercarse a él?), pero
todo el mundo sabe, que si me pasare cualquier cosa, él es el primer y único
sospechoso.
Si voy a morir por ser mujer y madre, y defenderme,
y defenderla, prefiero morir de pies, y no de rodillas. Que cada quien cargue
con su culpa.
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