1.- El tiempo en el cargo ha demostrado
que no resolvió los problemas más acuciantes de Baní, por tanto, no tiene
idoneidad.
2.- El cargo y su poder le subieron
los humos a la cabeza. De tanto decírselo se cree un predestinado e
insustituible.
3.- Se alejó del pueblo, y no solo
no lo oía, tampoco lo recibía; se volvió sordo, ciego y mudo.
4.- Nunca ha entendido que los
cargos son circunstanciales y que no deben usarse para seducir mujeres y
lucrarse de los mismos.
5.- Sus promesas han sido vanas,
no cumplidas en un porcentaje muy alto, por lo que perdió la confianza del
pueblo.
6.- Su gestión no ha sido
transparente. No se sabe en qué ha gastado tantos millones de pesos manejados
en su gestión.
7.- Abandonó la gente más
necesitada del municipio de Baní: La parte Norte. Y no podemos señalar una obra
esencial, de peso, de envergadura, en ese sector, que comprende el 67% de la
población del municipio. Ni siquiera un parque.
8.- en el aspecto ambiental, su
gestión es una basura más, solo comparada con el vertedero situado en la parte
Norte, donde se puede advertir la falta de creatividad, organización y el
desorden. Baní está al borde de desarrollar una pandemia, si anotamos que
además del vertedero a cielo abierto, que es una cañada, Chacho Landestoy no ha
hecho nada para resolver el destino de las aguas cloacales de Baní, que –por demás-
riegan predios agrícolas y ganaderos.
9.- En su gestión no se ha
advertido trabajo alguno en términos de cuidado de ríos y sus sustratos y
trabajos de forestación y/o creación de espacios paisajísticos. Ni siquiera en
el mal llamado “Malecón de Baní”.
10.- La empleomanía del
ayuntamiento es supernumeraria. Se cree que él cuenta con esos votos para su
reelección, sin tomar en cuenta que cuando termina el ciclo vital de un hombre,
hasta la mujer se le niega.
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