Por Patricia Báez Martínez
Leonel Fernández está tirado a la
calle del medio tratando de articular a sus seguidores internos y de
reconciliarse con el electorado extrapartido. Pero el que vemos hoy no es el
Leonel de 1996, de 2004 y de 2008. El Leonel que hoy intenta decir cosas interesantes
y llamar la atención, dista mucho del político joven y prometedor de 1996, del
líder rescatista de 2004 y del político consolidado de 2008. Como bien lo dicen
los haters: De haber sido un león –políticamente hablando- hoy no parece más
que un frágil gatito callejero.
En cinco pautas les diré por qué
al Leonel de hoy le resulta cuesta arriba regresar al Palacio de la
Presidencia:
1. 1. Es más viejo. En 1996 cuando Fernández alcanzó
el poder Ejecutivo tras un acuerdo entre el PLD y el PRSC, él contaba con 42
años. Era un hombre joven, atractivo y soltero. Logró el apoyo de un sector
amplio de las mujeres con derecho al voto. Hoy cuenta con 65 años, y su imagen
física dista mucho de aquel mulato espigado que ascendía a la Presidencia en un
país clasista y racista, pero hastiado de los gobiernos de un nonagenario ciego.
2. 2. Está desacreditado. De Leonel se dicen
muchas cosas, pero las que son constantes son tres: Que ha mantenido o mantiene
relaciones homosexuales, que es un corrupto de primera línea y que además
acepta financiamiento político de narcotraficantes. Aunque en 2004 ganó pese al
escándalo desatado por su supuesta homosexualidad y en 2008 logró reelegirse
pese a los constantes escándalos de corrupción de sus administraciones, está
por verse que la dirigencia del PLD esté dispuesta a apostar a él como
candidato presidencial para las elecciones venideras, y que de pasar ese
obstáculo, logre concitar el apoyo del electorado peledeísta y extrapartido que
un día tuvo a su favor. Usted dirá que Danilo está igual de viejo que Leonel,
pero la diferencia es que Danilo está en el poder y eso en República Dominicana
da muchas ventajas, además de contar con
un equipo de ministros relativamente nuevo a los ojos del público y con un
equipo de comunicación que le lleva la milla al equipo que tuvo el
exmandatario, pues el equipo de comunicación de Danilo, se enfoca más en la
comunicación y no en la política, y el equipo de Leonel hizo lo contrario, se
dedicó más a la política.
3. 3. El danilismo le ha quitado el poder a lo
interno del partido. “Ya la pava no pone donde ponía”. De Leonel ser amo y
señor dentro del partido oficialista, en los últimos años ha pasado a tener un
poder marginal; se resiste a desaparecer, pero ya no quita y pone. El danilismo
le ha tumbado el pulso en varias ocasiones en el Comité Político, y muchos de
sus antiguos incondicionales, se le han virado. En estos momentos su tendencia
ha recibido una bocanada de aire por la restricciones que la Constitución le impone
al presidente Danilo Medina para reelegirse, pero como se ve el panorama, no es
probable que el danilismo esté dispuesto a respetar la institucionalidad, pues
está acorralado: Los danilistas pueden ir presos tanto si gana Luis Abinader
(PRM) como si gana Leonel (ante la encrucijada, Danilo pudiera señalar a uno de
sus ministros como su favorito a la candidatura presidencial). Y mencionamos a
Luis Abinader del PRM, a pesar de que aún no es candidato presidencial, por el
hecho de que ya una vez Hipólito Mejía (el otro precandidato de ese partido) se
arrogó el derecho de indultar a Leonel Fernández antes de ir a la cárcel (“los
presidentes no se tocan”), y porque se ha observado cierto coqueteo entre éste
y Danilo Medina, incluso, el vox populi habla de acuerdos.
4. 4. Ha sido humillado por Danilo. Todo lo
anteriormente descrito en el punto 3 se traduce en una humillación de Danilo
Medina y su equipo cercano hacia Leonel Fernández y su séquito. La humanidad, y
los dominicanos dentro de ésta, tiende a apoyar al contendiente que se ve
fuerte y victorioso. En política, la debilidad no concita apoyo; y el
leonelismo va de tropiezo en tropiezo a lo interno del PLD y perdiendo fuerza
fuera del partido.
5. 5. Entre los presidentes de la región no están
los habituales compinches de Leonel. Aunque el presidente del PLD es un hombre
de múltiples relaciones internacionales y todavía puede dar sorpresas en esa
materia, no se puede negar que los presidentes que anteriormente le apoyaron
para lograr la presidencia y mantenerse en ella (Lula/Dilma –con el dinero de
Odebrecht y Joao Santana- y Chávez –con Petrocaribe-), hoy no están en el
poder, y aunque en Venezuela todavía gobierna –no se sabe si por mucho tiempo-
un súbdito de Chávez, éste no se
encuentra en condiciones de ayudar a nadie, todo en contrario, pudiera terminar
refugiándose en Casa de Campo, en La Romana, como lo hizo Manuel Zelaya.
Por todo lo antes expuesto, el proselitismo actual de Leonel Fernández, más que una actividad política parece un acto de mendicidad. Y aunque hoy quiera impactar con algún que otro concepto, idea o propuesta, todo el mundo recuerda al candidato de 2004 que en la 17 le preguntaba a sus seguidores “¿Quién te subió el gas?” “¿Quién te subió el plátano?” “¿Quién te subió el huevo?” Para luego no bajar el precio de los productos de primera necesidad, y, por el contrario, aumentarlos, y –para más inri- con un Temístocles Montás que durante 8 años se la pasó echándole la culpa de las constantes crisis económicas a la breve administración perredeísta de 2000-2004.
Por todo lo antes expuesto, el proselitismo actual de Leonel Fernández, más que una actividad política parece un acto de mendicidad. Y aunque hoy quiera impactar con algún que otro concepto, idea o propuesta, todo el mundo recuerda al candidato de 2004 que en la 17 le preguntaba a sus seguidores “¿Quién te subió el gas?” “¿Quién te subió el plátano?” “¿Quién te subió el huevo?” Para luego no bajar el precio de los productos de primera necesidad, y, por el contrario, aumentarlos, y –para más inri- con un Temístocles Montás que durante 8 años se la pasó echándole la culpa de las constantes crisis económicas a la breve administración perredeísta de 2000-2004.
+ Para salir a
la calle a buscar el favor de electorado con todo ese historial a cuesta (y eso
que hemos señalado datos muy puntuales), hay que ser muy descarado.
La autora es periodista y politóloga.
1 comentario:
100% de acuerdo.
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