jueves, 21 de enero de 2021

Baní y su circunvalación Sur sin Estudio de Impacto Ambiental

Un Estudio de Impacto Ambiental es un documento técnico que se ejecuta con el fin de ponderar los impactos ambientales de un proyecto o actividad sobre el ambiente

Por Patricia Báez Martínez

A este 21 de enero de 2021, pese a que el trazado vial ya está hecho e iniciados los trabajos de construcción, la Circunvalación de Baní (por el Sur), no cuenta con Estudio de Impacto Ambiental (EIA), de acuerdo a recientes averiguaciones que hicimos en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Para el vulgo –incluidas ciertas personalidades que hacen opinión pública-, una avenida o carretera no ameritaría un Estudio de Impacto Ambiental, sin embargo, no es así. De no requerirse un EIA, la carretera de 306 kilómetros en el amazonas boliviano –que afectaría el Parque Nacional Isiboro-Securé y el territorio Tipnis- no hubiese enfrentado tanta oposición en el país andino, al punto de enfrentar al popular ex presidente  Evo Morales con los grupos indígenas que lo habían ascendido al poder años antes.

¿Qué es eso de un Estudio o Evaluación de Impacto Ambiental? Pues no es más que un documento técnico que se ejecuta con el fin de ponderar los impactos ambientales de un proyecto o actividad sobre el ambiente. Generalmente lo contrata el promotor del proyecto, y creemos que esto es un tanto ambiguo, pues el interesado puede manipular los resultados del estudio de modo que primen sus intereses económicos sobre la protección y salvaguarda del medio ambiente.

En el caso de la circunvalación de Baní, pese a que el proyecto original trazaba la vía por la zona Norte del municipio de Baní (proyecto que sí cuenta con Estudio de Impacto Ambiental) y que el propio Presidente Luis Abinader prometió en campaña que ejecutaría ése proyecto original, la obra por la zona Sur con Ecocisa va viento en popa –indetenible-, pese a que esa empresa terminó a cargo del proyecto de una forma bastante cuestionable durante la administración peledeísta. Esperemos que al gobierno del PRM no le explote en la cara la Circunvalación Baní por el Sur, como le explotó el proyecto Marca País, pues ya es experiencia que donde el PLD mete las manos, la corrupción (de la forma que sea) salta como un resorte más temprano que tarde.

En este artículo no expondremos los pro y contra de los dos proyectos de la Circunvalación Baní, porque ya el tema se ha debatido lo suficiente y las diversas opiniones han sido vertidas en diferentes medios de comunicación, ahora se requiere tomar decisiones difíciles, entre ellas, ordenar un Estudio de Impacto Ambiental del proyecto a una entidad que no tenga intereses en él, como podría ser la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) o la Academia Dominicana de Ciencias, o ambas. ¿Por qué este planteamiento? Porque si la adjudicación de la obra a la constructora Ecocisa adolece de falta claridad y legalidad, el informe de Estudio de Impacto Ambiental estará viciado por ese antecedente, aunque sea un estudio correcto en su ejecución y presentación.

En apariencias, el pueblo banilejo está tan desesperado por resolver el problema del tránsito vehicular en el casco urbano del municipio cabecera que ya no le importa si el trazado de la circunvalación se hace por el Norte o por el Sur, es decir, se acoge a la máxima napoleónica: “El fin justifica los medios”. Y si extrapolamos esa flexibilidad en cuanto a la ponderación de las negatividades Vs. positividades de la obra, a la ya hoy en funcionamiento Central Termoeléctrica Punta Catalina (también en territorio de la misma provincia) de la que se ha dicho en los últimos días, entre otras negatividades, que no cuenta con un relleno sanitario; así las cosas, el pueblo peraviano continuará atentando contra su medio ambiente con tal de exhibir obras de infraestructura y disfrutar de una que otra migaja de la que dejan caer los grandes intereses foráneos que están haciendo vida en nuestro territorio.

Proyectos “de desarrollo” atizados por foráneos que inciden en el trazado de la Circunvalación Baní por el Sur

No quisiéramos estar afectados por la xenofobia regional, pero tampoco podemos ignorar o desconocer las influencias de intereses económicos que se están enquistando en la sociedad peraviana, de manera especial en la banileja, imponiendo ellos sus intereses sobre los intereses del colectivo originario, es decir, los intereses reales y sentidos de los que hemos nacido y/o crecido en este valle costero, y quienes hemos realmente padecido y llorado nuestras necesidades.

El turismo

La provincia Peravia fue declarada zona turística en el año 2000, pero su desarrollo como polo turístico ha sido un tema que no ha preocupado ni a sus principales autoridades ni a los sectores económicos, por lo que ese desarrollo del turismo prácticamente no ha llegado aquí. En años recientes, el empresario Frank Rainieri puso sus ojos en Baní -ya que el turismo en el Este -que él desarrolló- es una bomba de tiempo precisamente porque se obviaron todos los procedimientos de protección medio ambiental, construyendo hoteles sobre manglares o a orillas de la playa, provocando la salinización de las aguas subterráneas, así como su contaminación por las aguas negras de esas imponentes instalaciones hoteleras- y el interés de beneficiar su proyecto gravita sobre importantes proyectos de infraestructura, como es el caso de la Circunvalación Baní.

Cuando este grupo de interés se bañaba en dólares y euros en la zona Este del país, los banilejos decidieron en varios Cabildos Abiertos  que el trazado de la tan ansiada Circunvalación Baní se hiciera por el Norte. Pero ha bastado un solo proyecto turístico de envergadura en la zona Sur del municipio, para que el trazado de la importante vía de desahogo se proyecte y casi se esté ejecutando por el Sur, aún sin el Estudio de Impacto Ambiental.

Generación energética

No importó que Peravia sea una zona productora de mangos (entre otras frutas y rubros agrícolas), contamos con el emblemático “mango banilejo”, cuyas plantaciones también se constituyen en un atractivo turístico, para que otra familia foránea, esta vez los Viccini, le ofreciera al gobierno de Danilo Medina los terrenos de Punta Catalina, en el municipio de Nizao, para la construcción de dos plantas a carbón para la generación de energía eléctrica. El negocio es redondo, los terrenos son de la familia, el puerto es de la familia, y allí se desarrollará un parque industrial que los hará más ricos, sin importarles las consecuencias para el medio ambiente de la provincia Peravia, total, ellos no viven en la provincia.

Las nuevas autoridades han denunciado la acumulación de cenizas y aún no se tiene previsto qué hacer con ellas, cenizas que afectan la agricultura, las fuentes acuíferas, la salud humana y animal de la zona. También se ha denunciado la inexistencia de un relleno sanitario en la termoeléctrica. Tal es el caso, que a menos de un año de entrar en funcionamiento, ya sectores políticos que auparon las plantas a carbón, están ahora proponiendo que sean convertidas a gas natural.

La prisa de los gobierno de turno por construir megaproyectos (tras el beneficio político-electoral), aunada a la corrupción, nos ha llevado a este devastador escenario: A exhibir grandes obras de infraestructura la mayoría de las veces con vicios de construcción y lesivas al medio ambiente, contraviniendo ellas las necesidades básicas de la población de alimentación, salud y educación. Pero es lógico y entendible que continuemos en ese supuesto yerro: Un desnutrido, enfermo y sin educación formal y crítica, no tiene fuerzas para exigir a las autoridades que elige e imponerles el sano interés colectivo.

¡Réquiem cantim pace, Baní!