martes, 31 de marzo de 2009

Margarita Cordero, María Isabel Soldevila y Norma Sheppard necesitan nuestro apoyo


Apelamos a tu solidaridad para demostrar al Senado de la República que la clase periodística dominicana está unida y solicitar que sean esclarecidos los hechos intimidatorios que personeros al servicio del senador Alejandro Williams cometieron contra nuestras colegas y otras personas más.

Para tales fines, te solicitamos que adjuntes tu firma a esta carta en la sección comentarios.


Señor
Reynaldo Pared Pérez
Presidente
Senado de la República

Su Despacho

Distinguido Sr. Presidente:

Con profunda consternación, nos dirigimos a usted para solicitarle de forma enérgica que en su calidad de presidente del Senado de la República disponga una inmediata investigación que esclarezca e imponga las sanciones que correspondan sobre los hechos del pasado 27 de marzo.

Ese día personeros al servicio del senador Alejandro William se presentaron en forma intimidatoria a la residencia y lugares de trabajo de las periodistas María Isabel Soldevila, del periódico Listín Diario, Margarita Cordero, del periódico digital 7 Días.com, y Norma Sheppard, de radio Dial, de San Pedro de Macorís.

Los enviados de William también profirieron amenazas contra Adalberto Domínguez, corresponsal de 7días y del periódico El Nacional, en Nueva York, y Mayra La Paz, secretaria de la Seccional del CDP en esa ciudad, y Ramón Carrasco, presidente de la Sala Capitular del ayuntamiento de San Pedro.

Tras la “visita” de los personeros del senador William, el periodismo dominicano se siente amenazado en su integridad y en su libertad, en las personas de María Isabel Soldevila, Margarita Cordero, Norma Sheppard, Mayra La Paz y Adalberto Domínguez.

Estamos, sin dudas, ante un hecho sospechoso, decadente y de una intolerancia sin precedentes en perjuicio de nuestros colegas, y esto no se puede pasar por alto.

El periodismo dominicano se ha visto sometido en los últimos tiempos a todo tipo de atropellos y vejámenes, sin que las autoridades hayan adoptado, en ningún caso, las medidas que pongan fin a esa situación.

Los periodistas de República Dominicana no estamos dispuestos a permitir un atropello más en contra de nuestra clase, y la acción del senador William y sus personeros es una agresión de marca mayor, que desborda todos los límites razonables.

Hemos venido ante usted, señor presidente, al lugar donde el senador William tiene una curul, a reclamar medidas ejemplares, conscientes de que la vocación despótica que traen consigo esas acciones sólo puede ser anulada con una sanción a la altura del bochornoso acto que se ha cometido.

¡Qué derecho tiene este hombre de irrumpir la tranquilidad de nuestros colegas con un proceder desenfrenado y amenazante, digno de los peores tiranos!

¡A qué nivel de degradación hemos llegado para que un hacedor de leyes se dedique a promover violaciones de esa naturaleza, en perjuicio de ciudadanos que lo que hacen cada día es acogerse al estado de derecho y a las prerrogativas constitucionales que amparan la libertad de prensa y el derecho a la información!

¡O es que el Congreso va a permitir que uno de los suyos nos conceda las miserias que nos faltan para completar la decadencia de esta sociedad!

Señor presidente, hay un país entero pendiente de sus acciones. El Senado de la República no puede actuar como si nada hubiera pasado y premiar con su indiferencia la vocación despótica de un senador que anda repartiendo temores por el país y lastimando la decencia pública, en lugar de preocuparse de situaciones de orden ético en las que, según despachos de prensa, está involucrado, y que de tan escandalosas, se han convertido en noticia.

Ante un hecho tan bochornoso cometido por uno de sus miembros bajo el amparo de su condición de senador, el Senado de la República Dominicana está obligado a pronunciarse y actuar en consecuencia.

Además, los periodistas dominicanos y la sociedad en su conjunto no quieren más candidatos a la galería de mártires.

Queremos periodistas con plenos derechos y con seguridad de que no serán visitados por personeros al servicio de intereses oscuros.

Queremos respeto para esta profesión.

Queremos trabajar con esa libertad sin la cual el estado de derecho sería una mentira y la libertad de expresión un penoso espectáculo de circo.

En desagravio al periodismo dominicano, ¡queremos acciones!

Atentamente,

Vianco Martínez
Edwin Ruiz
Conde Olmos
Patricia Báez Martínez

martes, 24 de marzo de 2009

Proclama política

Ha llegado la hora de que la mujer dominicana tome el espacio que le corresponde y se merece en el ámbito político. A pesar de que las dominicanas tenemos acceso al voto desde hace 67 años, nuestra participación activa en la política ha sido ínfima. En cada proceso eleccionario los partidos políticos nos utilizan para aumentar la cantidad de votos a su favor, pero a la hora de abrirnos espacios y brindarnos apoyo para nuestro ingreso a las actividades políticas, los hombres se convierten en nuestros más enconados enemigos.
Con todo y que las mujeres dominicanas constituimos más del 50% del electorado, sólo 2 mujeres ocupan el cargo de secretarias de Estado, de las 22 secretarías que existen; de 32 escaños en la Cámara de Senadores, sólo 2 los ocupan mujeres; de 178 curules de la Cámara de Diputados, 34 son ocupadas por mujeres; 18 mujeres son sindicas, de 116 sindicaturas; 261 son regidoras, de 787; el más alto cargo político que ha logrado una mujer ha sido la vicepresidencia de la República, una sola vez.
A pesar de que las mujeres somos el 62.7% del estudiantado, y de que tenemos los mejores índices académicos, la tasa de desempleo de las mujeres triplica la de los hombres, tenemos menos acceso a puestos de decisión respecto a los hombres, y hay una brecha de género en lo que respecta al salario. Por otro lado, un elevado porcentaje de mujeres permanece en el mercado informal.
No existe una labor con perspectiva de género en lo que respecta al área de la salud. Existe una falta de información importante respecto al uso de anticonceptivos. La mortalidad materna está entre 154 y 110 por 100,000 nacidos vivos, siendo las causas principales la toxemia, la hemorragia intra y post-parto, sepsis y abortos, causas todas prevenibles. El SIDA cobra cada vez más vidas entre las mujeres, siguiendo el patrón de feminización de la pandemia que se observa a nivel mundial.
No existe un programa de impacto en lo referente a la sexualidad, siendo este un espacio de subordinación, enfermedad y muerte para las mujeres dominicanas. Es alarmante la cifra de embarazos en adolescentes, con las consabidas consecuencias en lo referente a morbididad y mortalidad tanto materna como neonatal.
Aunque contamos con una ley de protección a los y las envejecientes (Ley 352-98), ésta no se ha puesto en ejecución.
No existe una política específica en materia de género, a pesar de que contamos con una Secretaría de Estado de la Mujer, cuya labor no puede considerarse de impacto en la población femenina dominicana.
En lo que a pobreza se refiere, más de 200 mil mujeres carecen de pensión y viven en indigencia, y de todos los hogares pobres del país, 51% tienen jefatura femenina.
Por más que quiera hablarse de los progresos de la mujer dominicana en lo que respecta a educación y en el ámbito laboral, la doble jornada es el denominador común para todas las mujeres.
Por todas estas y otras muchas razones, la mujer dominicana tienen que convertirse en ente activo en la consecución de todos sus derechos como ciudadana, sin estar a la sombra de los hombres, sin tener que mendigar espacios en las listas de candidaturas, con la finalidad de ser las reales gerentes de las luchas reivindicativas a nuestro favor, en los ámbitos político, económico, educativo y de salud. Ya está bueno de que los partidos políticos tradiciones nos recuerden cada cuatro años, y de que cada 8 de marzo se gasten un dineral en palabras bonitas publicadas a grandes espacios en los medios de comunicación impresa de la nación, sin que eso se concrete en voluntad real de cambiar el triste panorama en el que vivimos inmersas una alta proporción de mujeres dominicanas.
Con esta finalidad ha surgido el Partido de la Mujer Dominicana, un partido a ser integrado sólo por mujeres, sin distingos de edad, orientación sexual, religión, discapacidad, color de la piel, estatus marital, nivel social, educativo o laboral, cuyos objetivos son:
  • incrementar entre las mujeres el grado de conciencia en los temas referentes a nuestro género
  • apoyar acciones afirmativas por y para las mujeres, y elaborar prácticas participativas y democráticas en los procesos de toma de decisiones
  • lograr un estatus de igualdad y equidad entre hombres y mujeres dentro de la sociedad dominicana
  • lograr un mayor nivel de participación femenina en todas las instancias gubernamentales
  • lograr que la perspectiva de género se lleve a la práctica en todos los ámbitos de la sociedad dominicana
¿Te sientes motivada a ser parte del proceso de cambios socio-políticos a nuestro favor? Si tu respuesta es si, envíame un mail con tu nombre completo y teléfonos para contacto. Envía este mail a tantas mujeres tengas entre tus contactos de correo electrónico, como un modo rápido de captación de potenciales miembras del partido.
¡NO TENGAS MIEDO, ES NUESTRA HORA!

domingo, 22 de marzo de 2009

Acroarte, Omega y las dominicanas

Por Susi Pola
¿Por qué ACROARTE no puede premiar a una persona como Omega? Aunque pareciera impensable frente a las evidencias tener que argumentar una respuesta, se trata de aclarar cómo las conceptualizaciones también han sufrido con los estragos de la decadencia y reclamar atención hacia los grandes temas sociales y culturales que explican el declive y deterioro de los valores reales.

Que las 38 dominicanas que han sido asesinadas en este primer trimestre del año, junto a las casi 1,500 ejecutadas desde el 2000 al 2008 por la violencia machista dominicana, merecen el respeto de la Asociación Dominicana de Cronistas de Arte, es un argumento de peso que vamos a dejar de lado frente al de la gran obligación que tenemos todas las instituciones y personas de la sociedad y la cultura de reconstruirnos para crecer y mejorar como pueblo.

La violencia basada en género y contra la mujer, es un problema de tal magnitud en el mundo que en el pasado Día Internacional de la Mujer, olvidando las reivindicaciones de las trabajadoras, las sufragistas y pacifistas históricas promotoras de la fecha y los motivos, los mensajes preocupados de los grandes líderes mundiales, fueron todos dirigidos a clamar por la disminución de las violencias y feminicidios contra las mujeres de mundo.

Y Antonio Peter de la Rosa, Omega, es un dominicano, identificado públicamente por el sistema social y el de justicia que, además de ser un reincidente, demostró que forma parte de ese 10 a 20%, señalado por las estadísticas internacionales como el grupo de machistas violentos en el mundo, caracterizado por la fuerte resistencia a cambiar, un grupo también llamado “depredador” que mantiene el riesgo de violencias graves y muerte en su entorno inmediato y ampliado.

En el caso de Omega, como persona pública a través de la música popular, guardando las distancias y con perdón, el peligro se extiende a toda la sociedad. Solo hay que echar un vistazo a los contenidos de sus canciones: “beber y gozar”…“mambero que quieren tumbarme el plante”…”bebiendo chiva en una discoteca”…”para todos los hombres que están en un país lejano, trabajando y mandándole todo a una mujer que lo traiciona”… “y mis amigos me decían, que tu a mi me traicionabas”…”Tu la macaste por traicionera!”…“Y ella gastándoselo con otro tigueron!”…”la etilla eh la vaina que ta´al dia”… “Dale bien duro que le llegue a la cotilla”… ”te voy a devorar mami tu envidura”…”Tu si eres chicle, me perrea con tu fuiche”… “este tiempo no se pue cree en mujeres”…”la vaina es que contigo ya yo toy cloro”. Permitir que niños, niñas y personas adultas además de tararear la música, vayan internalizado esos contenidos, es por si solo un hecho deplorable, pero más grave es aún, el ejemplo de un “artista” que agrupa a miles, haciendo alarde de sus ideas violentas, incluido vestuario y revólver de diamantes a la cintura.
Se entiende que la historia de Acorarte en general, y la premiación del Casandra en particular, sientan base en el estudio y análisis del medio artístico en todos sus aspectos, para la conservación de los buenos valores culturales y el avance competitivo hacia un medio artístico de calidad, y a la vez que representa a la sociedad dominicana, también se comprometa en el acrecentamiento positivo de la Nación.

En un país marcado por los altos índices de impunidad en materia de crímenes por violencia basada en el género, sea intrafamiliar y/o sexual, los espectáculos públicos y el medio artístico, son espacios de la sociedad dirigidos a todos los sectores etarios de la población, en los que el enfoque de “orientar para mejorar”, debe ser un valor celosamente protegido y aplicado por todas las instituciones, públicas y privadas.

Hay más razones que pueden ser agregadas y de tarea se deja; junto con el mensaje a la Secretaría de Estado de Educación y a su incumbencia para que vea más allá de sus narices y se ocupe de esta “deformación” que le llega a la niñez y adolescencia dominicanas directamente, para que hable. También, a la de la Mujer; Interior y Policía; la Procuraduría de la Niños, Niñas y Adolescentes y la de Mujer; el Despacho de la Primera Dama; las iglesias; las organizaciones de derechos humanos y de mujeres; el Congreso y el Ejecutivo. Todo el país es responsable de contener la carrera de asesinatos de mujeres.

La maldición de la desnudez


El cuerpo femenino es, a la vez, reverenciado y temido en tradiciones culturales de Oriente y Occidente. Es inmortalizado como una "chica de calendario" y, simultáneamente, sacralizado como madre. Una comunidad de mujeres en Nigeria, sin embargo, probó que un cuerpo de mujer es suficiente para hacer que una de las más grandes compañías petroleras se siente a negociar. Cuando sus palabras no eran oídas, se hicieron ver... amenazando con desnudarse en público.

The Naked Option: A Last Resort, un documental de Candace Schermerhorn en producción, presenta las voces de las mujeres, los hombres y los representantes de las compañías involucrados en la protestas en la planta petrolera de Escravos en Nigeria. Las mujeres reclamaron la atención de una de las mayores y más ricas compañías petroleras y del mundo usando un arma poderosa: el cuerpo femenino.


Las mujeres del Delta del Níger se unieron más allá de las líneas étnicas ante el daño ambiental y los apremios económicos causados por la explotación de petróleo. Juntas, tomaron el curso de su comunidad -- y de la mayor planta petrolera del Delta del Níger -- en sus propias manos.


En junio de 2002, cientos de mujeres nigerianas, madres y abuelas de entre 20 y 90 años, se pusieron de pie para protestar contra el control de las petroleras en sus comunidades. Invadieron la planta de producción de petróleo más grande en el Delta del Níger, en el sudoeste nigeriano. Desarmadas, mantuvieron como rehenes a 700 trabajadores por más de una semana y bloquearon la producción de medio millón de barriles de petróleo por día. Su arma más efectiva: una amenaza cultural profundamente arraigada conocida como "la maldición de la desnudez"."Sacarse la ropa, particularmente en el caso de mujeres casadas y mayores, es una manera de avergonzar a los hombres, algunos de los cuales creen que, si ven los cuerpos desnudos, enloquecerán o sufrirán un gran daño. La maldición no se extiende solo a los hombres locales sino a cualquier extranjero, que se cree que quedará impotente ante la visión de la "madre desnuda", dice Sokari Ekine, la coordinadora internacional de Niger Delta Women.


En el fragmento fílmico presentado, The Naked Option: A Last Resort, las entrevistas con mujeres y hombres del Delta del Níger muestran que ninguno toma la maldición a la ligera. Aunque se pueden encontrar atisbos de la maldición en tradiciones populares a lo largo de Nigeria y en muchos otros lugares de África subsahariana, rara vez se usa.


La antropóloga Terisa Turner, que estudió la maldición y su uso en las protestas contra el petróleo durante los últimos 30 años, dice que solo se invoca bajo las circunstancias más extremas. Antes siquiera de lanzar la amenaza, las mujeres suelen tomar un juramento formal de honrar la enormidad de su simbolismo. "Todos venimos al mundo a través de la vagina. Al exponer la vagina, las mujeres están diciendo: 'En el presente acto les estamos quitando la vida que les dimos'", dice Turner. "Se trata de crear vida y de negarla a través del ostracismo social, que es un tipo de ejecución social.


Los hombres expuestos son vistos como muertos. Nadie cocinará para ellos, se casará con ellos ni entrará en ningún tipo de contrato con ellos o les comprará nada".


Las mujeres del Delta del Níger amenazaron con la desnudez como último recurso frente a años de daño ambiental y dificultades para la comunidad debido a derrames de petróleo, explosiones de gas y pobreza en el rico en petróleo Delta del Níger. Fueron a las plantas de producción cantando canciones de solidaridad y formando un grupo altamente organizado más allá de las edades y las etnias, en un país marcado por las divisiones étnicas.


Los hombres de la comunidad marcharon detrás de la protesta de sus hermanas, madres, abuelas y esposas, sabiendo que las mujeres podían captar la atención del mundo usando sus cuerpos de una forma en que ellos no podían.


Las protestas se extendieron a toda la región y las petroleras cedieron a muchas de sus demandas de nuevos trabajos, escuelas y sistemas de agua y electricidad para las comunidades. Pero la lucha por mejorar la calidad de vida para los habitantes del Delta del Níger aún continúa.


Tomado de http://www.imow.org

jueves, 5 de marzo de 2009

Uninvited



Hay días que mis palabras son torpes y se agolpan en la boca provocando que mis dientes la lengua muerdan. Siento cosquilleos en los ojos y la nariz -sé que se torna roja sin siquiera mirarme al espejo-, un soplo en el pecho que me inunda hasta hacerme estallar en un suspiro. Y entonces, encuentro otras palabras por las cuales colarme, como una larva desnuda, disfrazada de mujer. Disfrútenlas.

¡Ah!, perdón, se me olvidaban los créditos. Ella es Alanis Morissette, una artista canadiense que empecé a escuchar, me resulta extremadamente encantadora y ver su evolución artística y física en los últimos años de su carrera es todo un elogio a lo alternativo, a la juventud y a la feminidad. Un ¡¡¡Bravooooo!!! para ella.