lunes, 2 de febrero de 2009

Ante todo, mujer

Johanna Sigurdardottir es a partir de este lunes la primer ministra de Islandia (noroeste de Europa). Esta socialdemócrata fue azafata, sindicalista, diputada, ministra de Asuntos Sociales y miembro del Comité de Industria y del Comité de Asuntos Exteriores del gobierno islandés.

En su trayectoria ha acumulado una destacable popularidad en el ámbito político y ante sus conciudadanos. Es vista como una política y administradora pública eficiente, que en buen dominicano se traduciría en: "que resuelve" (estirpe política de la que tenemos una notable carencia).

Los medios de comunicación se han hecho eco de la noticia, destacando primordialmente su condición de ex azafata y lesbiana. "Lesbiana es nombrada primera ministra de Islandia", como si la aparente trivialidad de la profesión de azafata más la "desviación" del lesbianismo, son las características fundamentales, a la vez que contradictorias, por las que fue elegida para el cargo.

Ante todo, Sigurdardottir es un ser humano -consciente de las diferencias de género, de las limitaciones de los islandeses "de abajo y de a pié", de los problemas que enfrenta la familia de hoy en día-, que se ha destacado por una trayectoria intachable y de servicio a su país.

La dimisión de los dos primeros ministros precedentes -el último en hacerlo, Geir Haarder, el pasado 26 de enero- han provocado su elección. Ella tiene el compromiso de enfrentar la crisis financiera y económica, así como mejorar el nivel de confianza de los ciudadanos y celebrar elecciones anticipadas en mayo próximo.

Su preferencia sexual no debe opacar ni la responsabilidad asignada ni el resultado de su trabajo.

Los grupos gays celebran la designación tímidamente. Si bien para ellos es un triunfo y una muestra de que la sociedad islandesa ha evolucionado ante el tema del lesbianismo y la homosexualidad, no desean ser vistos como promotores de estas conductas/preferencias ni opacar la trayectoria política y social de esta mujer con un aspecto de su vida personal.

Las Tres Juanas saluda la designación de Johanna Sigurdardottir, aunque advierte las limitaciones -actuales y potenciales- de dicha nominación.

La limitación actual es que fue elegida en momentos en que su país vive la peor de las crisis económicas de su historia y cuando dos primeros ministros ya han saltado del cargo producto de las protestas sociales. Es decir, la elección no se dió de primera mano, sino como solución a una crisis.

La limitación potencial es que de candidatearse al cargo para las elecciones de mayo, no fuera elegida. Sigurdardotti está en el derecho de aspirar a la posición, sin embargo, de no ser elegida quedaría demostrado que su país no está realmente preparado para asumir un primer ministro abiertamente homosexual o lesbiana y la desilusión sería colosal.

En conclusión, si bien no hay que dejar pasar este evento inadvertido, tampoco debemos fiarnos y dedicarnos sólo a celebrar. Su designación es un hecho coyuntural para el género femenino y la comunidad gay. La lucha por la igual de condiciones debe continuar en Islandia y fuera de Islandia, para que este acontecimiento no se convierta en una luz intermitente en la historia de los logros de los grupos minoritarios.

Ella:

Tiene 66 años, es madre de dos hijos adultos fruto de su primer matrimonio. No posee título universitario alguno, es una política de carrera; y actualmente está casada con la periodista y autora teatral Jonina Leosdottir.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Asi es Patricia. Lo resaltable de los titulares de la noticia es la preferencia sexual de esta mujer, lo que se interpreta que no se está viendo como un hecho natural y sin importancia. Esperemos que ella pueda hacer un buen trabajo, y que le dé una bofetada sin mano, como decimos, a mucha gente.

Unknown dijo...

He comentado antes esta "escándalosa noticia" (fruto del amarillismo comunicacional), por lo que esta vez lo haré con una de las tantas frases de Sartre "Los cobardes son los que se cobijan bajo las normas sociles", es que estas solo logran "enjaularnos" y a la vez limitarnos....reitero....primero se es ser humano/a....

www.escuchenos.wordpress.com

Verboamérica dijo...

Fijate que, en un contexto como el de su país, es más relevante políticamente que asuma una sindicalista que una lesbiana...

Pero sabes a cuántos le daría un patatuz si leen "Gremialista asume como Primer Ministro"... comenzando por los dueños de los diarios...

Patricia Báez Martínez dijo...

Qué decirle, amigo: sí y no. ¿? Es cierto que por estos lares la cuestión de la clase y el dinero, resumido en el gremialismo o sindicalismo, es un impedimento para acceder a la Presidencia. Aunque también este gremialismo es de lo peor, parece parasitismo.

Pero al tema. Viéndolo así, sí. Pero aquí la moral aún pesa mucho. La iglesia tiene un peso fundamental en la vida en sociedad y en la toma de decisiones, por eso el aborto, de cualquier tipo, sigue siendo ilegal. Y podríamos equiparar al lesbianismo con el aborto como impedimento para alcanzar la Presidencia.

Después, hay que analizar el tema que sea: lesbianismo, sindicalismo, a la luz del sexo.

Se es más permisivo con el hombre. De hecho nuestro actual presidente fue acusado públicamente a través de un libro de homosexual, previo a las elecciones. Aunque el contexto socioeconómico del momento fue determinante para que a la población le diera tres pitos que nuestro Presidente sea homosexual o bisexual, tema al que nunca se refirió públicamente. Como quien dice: esto es lenteja.

Pero tenemos un caso específico, que podría servirnos como referencia:Doña Milagros Ortiz Bosh.

Mujer revolucionaria, una de nuestras mejores congresistas, buena funcionaria municipal, vicepresidenta de la República. Pero cuando se hablaba de ella para ocupar la primera magistratura, muchos, en especial hombres, alegaban que es alcoholica o que le gusta mucho el trago. Sin embargo, tuvimos un presidente alcóholico comprobado, Don Antonio Guzmán, y eso se menciona con mofa, como parte de un caracter particular y festivo, no como un impedimento o factor incapacitante.

En definitiva, es cierto que sería extraño en los actuales momentos que María Teresa Cabrera o Virtudes Alvarez sean elegidas presidentas, como también sería extraño que Carmen Imbert Brugal o Tahíra Vargas sean elegidas para el mismo puesto.

Existe un sesgo discriminatorio contra las personas "asociacionistas" como también contra las abiertamente homosexuales, lesbianas y/o transgénero (anywere), así como para aquellas que se atrevan a decir: apoyo el aborto o me he practicado un aborto.

Y te dejo una pregunta:

A quién crees que van a juzgar por el aborto: ¿a la mujer que se lo practica o al hombre que se lo pide, que casi la empuja?

Hay un error de cálculo, quitamos el factor discriminante general para luego luchar contra el de género, por eso nos encontramos de golpe con el techo de cristal.

Creo que hay que luchar primero por erradicar los estigmas y las discriminaciones de género para luego hacerle frente a los dejos que provocan los ismos.

Verboamérica dijo...

La respuesta: a la mujer, claro.
Sobre los sindicalistas: Se sabe de Jimy Hoffa para acá que son todos parecidos en todas partes del mundo. Que siguen la lógica de venderse al patrón, de no meterse en problemas y que en el neoliberalismo los han castigado con justa razón los trabajadores y sin tanta razón la derecha de ensoñación esclavista y los medios de comunicación dedicados a pintar el mundo según la lógica del Poder, que odia a las organizaciones de defensa de lo que sea que vaya contra sus negocios: trabajadores, pingüinos, árboles.

Dicho eso, pregunto:
Supongamos, aunque ya sabemos la verdad, que la misión de los diarios fuera informar al ciudadano común para que tengan que reflexionar en torno a su lugar que ocupan en el mundo e imaginar un futuro mejor.

Entonces: ¿Qué sería más importante informarle al lector frente a una mandataria que llega a un país quebrado que era hasta hace unos meses el ejemplo de la derecha neoliberal? ¿Sus ideas políticas o su sexualidad…?

La mirada de los diarios de todo el planeta que publicaron con el mísmo título está recortada por la ideología dominante: al informar sobre su sexualidad se tapan sus ideas políticas…

Y más que nada porque la identidad “sindicalista” en el neoliberalismo está tan estigmatizada como en el mundo cristiano lo son las identidades sexuales que existen más allá de la heterosexualidad.


Saludos, te seguiré leyendo,

Me gustó esta mirada sobre Islandia:
http://www.ar.terra.com/terramagazine/interna/0,,OI3498140-EI8864,00-Que+se+vayan+todos.html