Ha llegado la hora de que la mujer dominicana tome el espacio que le corresponde y se merece en el ámbito político. A pesar de que las dominicanas tenemos acceso al voto desde hace 67 años, nuestra participación activa en la política ha sido ínfima. En cada proceso eleccionario los partidos políticos nos utilizan para aumentar la cantidad de votos a su favor, pero a la hora de abrirnos espacios y brindarnos apoyo para nuestro ingreso a las actividades políticas, los hombres se convierten en nuestros más enconados enemigos.
Con todo y que las mujeres dominicanas constituimos más del 50% del electorado, sólo 2 mujeres ocupan el cargo de secretarias de Estado, de las 22 secretarías que existen; de 32 escaños en la Cámara de Senadores, sólo 2 los ocupan mujeres; de 178 curules de la Cámara de Diputados, 34 son ocupadas por mujeres; 18 mujeres son sindicas, de 116 sindicaturas; 261 son regidoras, de 787; el más alto cargo político que ha logrado una mujer ha sido la vicepresidencia de la República, una sola vez.
A pesar de que las mujeres somos el 62.7% del estudiantado, y de que tenemos los mejores índices académicos, la tasa de desempleo de las mujeres triplica la de los hombres, tenemos menos acceso a puestos de decisión respecto a los hombres, y hay una brecha de género en lo que respecta al salario. Por otro lado, un elevado porcentaje de mujeres permanece en el mercado informal.
No existe una labor con perspectiva de género en lo que respecta al área de la salud. Existe una falta de información importante respecto al uso de anticonceptivos. La mortalidad materna está entre 154 y 110 por 100,000 nacidos vivos, siendo las causas principales la toxemia, la hemorragia intra y post-parto, sepsis y abortos, causas todas prevenibles. El SIDA cobra cada vez más vidas entre las mujeres, siguiendo el patrón de feminización de la pandemia que se observa a nivel mundial.
No existe un programa de impacto en lo referente a la sexualidad, siendo este un espacio de subordinación, enfermedad y muerte para las mujeres dominicanas. Es alarmante la cifra de embarazos en adolescentes, con las consabidas consecuencias en lo referente a morbididad y mortalidad tanto materna como neonatal.
Aunque contamos con una ley de protección a los y las envejecientes (Ley 352-98), ésta no se ha puesto en ejecución.
No existe una política específica en materia de género, a pesar de que contamos con una Secretaría de Estado de la Mujer, cuya labor no puede considerarse de impacto en la población femenina dominicana.
En lo que a pobreza se refiere, más de 200 mil mujeres carecen de pensión y viven en indigencia, y de todos los hogares pobres del país, 51% tienen jefatura femenina.
Por más que quiera hablarse de los progresos de la mujer dominicana en lo que respecta a educación y en el ámbito laboral, la doble jornada es el denominador común para todas las mujeres.
Por todas estas y otras muchas razones, la mujer dominicana tienen que convertirse en ente activo en la consecución de todos sus derechos como ciudadana, sin estar a la sombra de los hombres, sin tener que mendigar espacios en las listas de candidaturas, con la finalidad de ser las reales gerentes de las luchas reivindicativas a nuestro favor, en los ámbitos político, económico, educativo y de salud. Ya está bueno de que los partidos políticos tradiciones nos recuerden cada cuatro años, y de que cada 8 de marzo se gasten un dineral en palabras bonitas publicadas a grandes espacios en los medios de comunicación impresa de la nación, sin que eso se concrete en voluntad real de cambiar el triste panorama en el que vivimos inmersas una alta proporción de mujeres dominicanas.
Con esta finalidad ha surgido el Partido de la Mujer Dominicana, un partido a ser integrado sólo por mujeres, sin distingos de edad, orientación sexual, religión, discapacidad, color de la piel, estatus marital, nivel social, educativo o laboral, cuyos objetivos son:
- incrementar entre las mujeres el grado de conciencia en los temas referentes a nuestro género
- apoyar acciones afirmativas por y para las mujeres, y elaborar prácticas participativas y democráticas en los procesos de toma de decisiones
- lograr un estatus de igualdad y equidad entre hombres y mujeres dentro de la sociedad dominicana
- lograr un mayor nivel de participación femenina en todas las instancias gubernamentales
- lograr que la perspectiva de género se lleve a la práctica en todos los ámbitos de la sociedad dominicana
¿Te sientes motivada a ser parte del proceso de cambios socio-políticos a nuestro favor? Si tu respuesta es si, envíame un mail con tu nombre completo y teléfonos para contacto. Envía este mail a tantas mujeres tengas entre tus contactos de correo electrónico, como un modo rápido de captación de potenciales miembras del partido.
¡NO TENGAS MIEDO, ES NUESTRA HORA!
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