viernes, 6 de junio de 2008

Amor parte atrás

Hace años me decías 'Bella mujer', hoy si acaso mi nombre
Mi cuerpo, juguete nuevo, te parecía estéticamente irreal
Ayer, te enorgullesías de mi inteligencia, ya ni la recuerdas
Tonta, estúpida... ése es el sound track de nuestro día a día.

Hoy decidí hacer un viaje,
de esos que aprovechas para salir con una veinte años menor,
Es un viaje largo, por cuestas angostas y empinadas
Por ello no debo llevar cargas pesadas: te dejo atrás.

Fok you.

martes, 5 de febrero de 2008

Kafka político

Una vez izquierdista e incólume
Otra conservador y políticamente moderno
Luego vinchista y moralmente cuestionable
Ahora líder del balaguerismo histórico.
¡Válgame Dios, qué oportunismo histórico!

sábado, 2 de febrero de 2008

El pene como arma de guerra

No es un concepto nuevo, es tan viejo como las luchas tribales. Después, el patriarcado precapitalista le dio forma elaborando la idea de que la violencia contra la mujer es un asunto privado y como tal no debía trascender al mundo político y sus leyes. La filosofía feminista entiende lo contrario: “lo privado” es un asunto público, y el hecho de que la violencia sexual se utilice como método de tortura así lo indica.

En la historia reciente, fue utilizado por los nazis contra las judías, el régimen pinochetista contra las presas políticas, la policía contra las campesinas de San Salvador Atenco, en México; los serbios contra las musulmanas de Bosnia, en la ex Yugoslavia; también los hutus contra las tutsis, en Ruanda. Ahora está ocurriendo en Kenia, donde mujeres y niños son víctimas de violencia sexual por razones políticas. Esta página quedaría corta ante el número y la magnitud de hechos de tal naturaleza.

De acuerdo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos la violencia sexual es una violación a los derechos humanos y toda violación de éstos es un asunto internacional. Es por ello que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llama la atención sobre este tema al considerarlo un crimen de lesa humanidad. ¡Enhorabuena! Pero ¿y en cuál habitación de “lo privado” dejamos las violaciones sexuales de la base militar de EE.UU. en Guantánamo?

Deseamos la paz sexual; felizmente desnuda y completa, cual diosa imperturbable.

miércoles, 9 de enero de 2008

Ser o no ser mujer

Amaya nació el 7 de noviembre del año que recién finaliza y antes de esa fecha ya su madre tenía para ella los aretes que, tal vez, le faltaban a la luna o, quizá, al sol. En la clínica no le perforaron las orejas y su madre tampoco hizo mucho esfuerzo en esto, posiblemente por la aprensión que da la maternidad. Pasado el primer mes de vida, empezaron las presiones de familiares y allegados para que a la niña se le pusiera aretes, a lo que la madre respondía que todavía había tiempo. “Y quién sabe si a ella no le gusta la idea de los aretes”, o sea, les hacía ver que esta era una necesidad de los adultos y no de la persona que eventualmente llevaría los aretes.

El 18 de diciembre, luego de muchas presiones y confusiones respecto al sexo de la niña, la madre decidió perforarle las orejas. El paquete completo, perforación más aretes “hipoalergénicos”, costaba 200 pesos. “No hay problemas”, dijo la madre. Pero se equivocó. Al primer pinchazo con la pistola perforadora, ella sufrió tal vez igual que la hija, sintió que era el himen que le rompían. De hecho, la pistola es una figura fálica para la psicología. Y el segundo pinchazo fue peor pues la pequeña apenas comenzaba a olvidar el primero.

Dos prolongadas lágrimas alcanzaron la barbilla de la pequeña, provocando en la madre sentimientos e interrogantes sobre la llamada feminidad. ¿Por qué la feminidad generalmente se alcanza con esfuerzo y dolor? ¿Por qué para ser mujer hay que usar aretes? ¿Qué pasa con los hombres que sin ser homosexuales usan aretes? ¿No son también los aretes símbolo de pandillismo y modernidad? Y, por último, ¿No tendrían las personas el comercio que pagarle a ella para perforar a la bebé hasta arrancarle esas dos estremecedoras lágrimas, porque ¿Quién paga para llorar?

Luego de perforadas las orejas y colocados los aretes, la madre creyó que el asunto sobre la sexualidad de la niña estaba resuelto. Sin embargo, en varias ocasiones salió a la calle con ella vistiendo camisetas o mediecitas azules y le decían: “Qué lindo niño”. “Es una niña”, respondía la madre entre dientes. El azul supuestamente es el color de la masculinidad, de los hombres. Claro que ya lo sabía, pero no está obligada a aceptar esa convención social y a traspasarla a su hija.

Al final, la joven madre llegó a la siguiente conclusión: la mujer es obligada a usar muchos artificios para demostrar a la sociedad que es una mujer (aretes, cabello largo, maquillaje, faldas, zapatos de tacones, uñas largas…); la empujan a darle valor agregado a su sexo, mientras que el hombre no necesita más que saberse o declararse hombre para que la sociedad lo acepte como tal, pues quién quita que una persona de aspecto varonil y vestida con pantalón y camisa de color rosado o limoncillo, que diga ser un hombre, tenga en la entrepierna un hermoso clítoris. ¿Quién le pone el cascabel al gato? Ja, ja, ja.

lunes, 18 de junio de 2007

Los tres que echaron a Pedro al pozo

Ya está más que comprobado, “donde Amable Aristy Castro pone el ojo, pone la bala”. Es cierto que siempre que se postula gana, porque cuando invierte en política apuesta a todo por el todo.

Llegó una de las horas decisivas de los candidatos presidenciales del PLD y PRD, los primeros en ser elegidos: saber quién es el nuevo y último contentor de importancia, dado el reducido tamaño del sistema dominicano de partidos.

Leonel Fernández, Miguel Vargas Maldonado y Amable Aristy Castro, ellos llevarán las insignias de los tres partidos tradicionales en las elecciones presidenciales de 2008.

Algunos analistas políticos vaticinan el triunfo casi seguro de Fernández en la primera vuelta electoral dada la debilidad en el carisma, discurso y credibilidad de sus adversarios. La encuesta Penn Schoen publicada el 12 de junio pasado así lo confirma.

Sin embargo, serán unas elecciones muy pobres en término de la ética y el debate sobre las políticas públicas, pues la fortaleza del candidato que se señala como futuro ganador radica en las colas de papel de sus adversarios, por lo que se augura un proceso dominado por campañas de descrédito.

El problema es que en la euforia ferial además de las colas ajenas se puede quemar la propia por accidente.