jueves, 3 de marzo de 2016

Mujer de los rieles














A mi que me dejaron sin voz,
Cerrado el útero de desamor,
siguiendo la mala estrella del hierro de sol a luna.

A mi que no me comprendieron,
Arrancados mis hijos de su jardín,
Empujados mis blancos huesos al abismo.

 A mi que se me despojó del amor
Y dieron por abrigo fría noche,
Al amparo de la luna y sus lobos.

A mi que no tuve defensa.
Señalada con rencor,
Tres veces repudiada:
Mujer, pobre y negra.

A mi que calmé el hambre de las bestias,
Raído mi cuerpo,
 El alma ya en pena.

A mi, caminante a la orilla del tren de Sánchez.
El pecho henchido de imaginar sus caritas;
Bolsillos vacíos. Punto negro del paisaje diurno.

A ti, a quien he venido a hallar en el hades.
A ti, que me odiaste hasta morir.

A mi, que me empujaste a la muerte en vida,
Sábeme a gloria el infierno Si he de verte purgar el dolor de mis heridas.



Patricia Báez Martínez
17/2/2016
Baní, prov. Peravia

* La foto corresponde a las vías férreas de los vagones cañeros del suroeste dominicano. 

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