martes, 5 de febrero de 2008

Kafka político

Una vez izquierdista e incólume
Otra conservador y políticamente moderno
Luego vinchista y moralmente cuestionable
Ahora líder del balaguerismo histórico.
¡Válgame Dios, qué oportunismo histórico!

sábado, 2 de febrero de 2008

El pene como arma de guerra

No es un concepto nuevo, es tan viejo como las luchas tribales. Después, el patriarcado precapitalista le dio forma elaborando la idea de que la violencia contra la mujer es un asunto privado y como tal no debía trascender al mundo político y sus leyes. La filosofía feminista entiende lo contrario: “lo privado” es un asunto público, y el hecho de que la violencia sexual se utilice como método de tortura así lo indica.

En la historia reciente, fue utilizado por los nazis contra las judías, el régimen pinochetista contra las presas políticas, la policía contra las campesinas de San Salvador Atenco, en México; los serbios contra las musulmanas de Bosnia, en la ex Yugoslavia; también los hutus contra las tutsis, en Ruanda. Ahora está ocurriendo en Kenia, donde mujeres y niños son víctimas de violencia sexual por razones políticas. Esta página quedaría corta ante el número y la magnitud de hechos de tal naturaleza.

De acuerdo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos la violencia sexual es una violación a los derechos humanos y toda violación de éstos es un asunto internacional. Es por ello que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llama la atención sobre este tema al considerarlo un crimen de lesa humanidad. ¡Enhorabuena! Pero ¿y en cuál habitación de “lo privado” dejamos las violaciones sexuales de la base militar de EE.UU. en Guantánamo?

Deseamos la paz sexual; felizmente desnuda y completa, cual diosa imperturbable.

miércoles, 9 de enero de 2008

Ser o no ser mujer

Amaya nació el 7 de noviembre del año que recién finaliza y antes de esa fecha ya su madre tenía para ella los aretes que, tal vez, le faltaban a la luna o, quizá, al sol. En la clínica no le perforaron las orejas y su madre tampoco hizo mucho esfuerzo en esto, posiblemente por la aprensión que da la maternidad. Pasado el primer mes de vida, empezaron las presiones de familiares y allegados para que a la niña se le pusiera aretes, a lo que la madre respondía que todavía había tiempo. “Y quién sabe si a ella no le gusta la idea de los aretes”, o sea, les hacía ver que esta era una necesidad de los adultos y no de la persona que eventualmente llevaría los aretes.

El 18 de diciembre, luego de muchas presiones y confusiones respecto al sexo de la niña, la madre decidió perforarle las orejas. El paquete completo, perforación más aretes “hipoalergénicos”, costaba 200 pesos. “No hay problemas”, dijo la madre. Pero se equivocó. Al primer pinchazo con la pistola perforadora, ella sufrió tal vez igual que la hija, sintió que era el himen que le rompían. De hecho, la pistola es una figura fálica para la psicología. Y el segundo pinchazo fue peor pues la pequeña apenas comenzaba a olvidar el primero.

Dos prolongadas lágrimas alcanzaron la barbilla de la pequeña, provocando en la madre sentimientos e interrogantes sobre la llamada feminidad. ¿Por qué la feminidad generalmente se alcanza con esfuerzo y dolor? ¿Por qué para ser mujer hay que usar aretes? ¿Qué pasa con los hombres que sin ser homosexuales usan aretes? ¿No son también los aretes símbolo de pandillismo y modernidad? Y, por último, ¿No tendrían las personas el comercio que pagarle a ella para perforar a la bebé hasta arrancarle esas dos estremecedoras lágrimas, porque ¿Quién paga para llorar?

Luego de perforadas las orejas y colocados los aretes, la madre creyó que el asunto sobre la sexualidad de la niña estaba resuelto. Sin embargo, en varias ocasiones salió a la calle con ella vistiendo camisetas o mediecitas azules y le decían: “Qué lindo niño”. “Es una niña”, respondía la madre entre dientes. El azul supuestamente es el color de la masculinidad, de los hombres. Claro que ya lo sabía, pero no está obligada a aceptar esa convención social y a traspasarla a su hija.

Al final, la joven madre llegó a la siguiente conclusión: la mujer es obligada a usar muchos artificios para demostrar a la sociedad que es una mujer (aretes, cabello largo, maquillaje, faldas, zapatos de tacones, uñas largas…); la empujan a darle valor agregado a su sexo, mientras que el hombre no necesita más que saberse o declararse hombre para que la sociedad lo acepte como tal, pues quién quita que una persona de aspecto varonil y vestida con pantalón y camisa de color rosado o limoncillo, que diga ser un hombre, tenga en la entrepierna un hermoso clítoris. ¿Quién le pone el cascabel al gato? Ja, ja, ja.

lunes, 18 de junio de 2007

Los tres que echaron a Pedro al pozo

Ya está más que comprobado, “donde Amable Aristy Castro pone el ojo, pone la bala”. Es cierto que siempre que se postula gana, porque cuando invierte en política apuesta a todo por el todo.

Llegó una de las horas decisivas de los candidatos presidenciales del PLD y PRD, los primeros en ser elegidos: saber quién es el nuevo y último contentor de importancia, dado el reducido tamaño del sistema dominicano de partidos.

Leonel Fernández, Miguel Vargas Maldonado y Amable Aristy Castro, ellos llevarán las insignias de los tres partidos tradicionales en las elecciones presidenciales de 2008.

Algunos analistas políticos vaticinan el triunfo casi seguro de Fernández en la primera vuelta electoral dada la debilidad en el carisma, discurso y credibilidad de sus adversarios. La encuesta Penn Schoen publicada el 12 de junio pasado así lo confirma.

Sin embargo, serán unas elecciones muy pobres en término de la ética y el debate sobre las políticas públicas, pues la fortaleza del candidato que se señala como futuro ganador radica en las colas de papel de sus adversarios, por lo que se augura un proceso dominado por campañas de descrédito.

El problema es que en la euforia ferial además de las colas ajenas se puede quemar la propia por accidente.

lunes, 28 de mayo de 2007

¿Cuál es el Norte?

"Los hombres se llenan mutuamente las cabezas de ruido y sonidos, pero no logran comunicar sus pensamientos, ni presentan a la mirada del otro sus ideas, que es la finalidad del discurso y del lenguaje".

John Locke(1632-1704) en su obra "Ensayo sobre el Entendimiento Humano".

Es cierto que en las sociedades modernas el poder político tiene una composición binaria, gobierno central y municipal. El municipio es el espacio político-territorial más pequeño, al cual deben impactar las políticas nacionales, pero siempre transversalizadas por las locales. Cuando un país no tiene un Proyecto de Desarrollo o de Nación, se producen ruidos o interferencias entre esos dos poderes y sus políticas públicas.

Tal vez es lo que está ocurriendo ahora en el país. No se logra distinguir bien la música de un aparato retransmisor cuando ya el otro impacta los tímpanos, por ejemplicarlo de alguna forma.


Primero eran los estudios de factibilidad del Metro, luego continuó el escándalo de los megasueldos de la Cámara de Cuentas, siguió la protesta ciudadana por la tala indiscriminada de árboles como parte de una política de arborización del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), a eso continuó el "conveniente" anuncio de la reducción de impuestos por parte del Gobierno, y así por el estilo y el Estado.

En pocas palabras, mientras en las esferas del gobierno central los creadores de imágenes se las juegan abiertamente a "todo por el todo" en pos de asegurar su botín económico y/o político, -por lo bajo- el síndico del ADN hace lo suyo en un discreto juego de "quita y pon" que ha dejado a más de un parque y avenida con la epidermis al sol.

¿Hacia dónde vamos señores y señoras políticos? ¿por qué los proyectos del gobierno central no se dan la mano con aquellos de los gobiernos locales? ¿por qué los municipios rescatan espacios públicos que al cabo de unos meses terminan destruidos por el troglodismo de una mega obra gubernamental? ¿por qué la Secretaría de Medio Ambiente se ha quedado cruzada de boca y brazos ante la tala de árboles? ¿jugó esa entidad algún papel en el nombrado plan de arborización?

Y ahora, al cerrar estas míseras líneas con un párrafo más aguado que un café de velorio de pobre, se alzan las voces de quienes solicitan la destitución de los ambiciosos jueces de la Cámara de Cuentas. ¿Y de qué historieta infantil pretenden estos ciudadanos sacar a los impolutos jueces que habrán de sustituir a los actuales? ¿Y de qué forma pretenden los ecologistas que el ADN justifique los gastos excesivos en publicidad y otros cacaitos? A cocinar se aprende cocinando y a ser escépticos, desilusionándonos de manera sistemática.