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jueves, 19 de marzo de 2015

Quirino. Más allá del chisme y el rumor


La acusación contra Fernández Reyna no es para que funcionarios de poca monta lo tomen como chisme o bola de rumor público sobre la cual montarse para rodar; es un tema de Estado que demanda tomar las medidas institucionales de lugar que envíen a  la sociedad el mensaje de que no estamos viviendo en un Narcoestado

En los precisos momentos en que la Procuraduría General de la República eleva una instancia ante la Suprema Corte de Justicia para aperturar juicio por corrupción administrativa contra el senador Félix Bautista, el ex convicto Quirino Ernesto Paulino Castillo lanza la acusación contra el ex presidente Leonel Fernández de haber recibido recursos provenientes del narcotráfico para su fundación y sus actividades políticas. De las acusaciones, aún sin probar, de Paulino Castillo la figura que más parece destacar es la del ex presidente, sin embargo, siempre a su derecha y a la sombra, resalta la del senador por San Juan. ¿Cómo es posible que el Procurador no haya tomado nota de esas acusaciones para incorporarlas a la investigación que dirige a través de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa? Risible. Y es esta la prueba fehaciente de que en República Dominicana no existe una política de lucha contra la corrupción administrativa,  y cuando se ha hecho ademanes de ésta, es con sus límites. Ya cuando Guillermo Moreno acusó de corrupción al líder peledeísta, el Procurador lo dejó claro y por escrito: La lucha contra la corrupción tiene sus toros sagrados.

Sin embargo, el tema que nos ocupa no se limita solo a si la PGR, al día de hoy ha debido pronunciarse públicamente sobre las acusaciones de un narcotraficante confeso contra un ex presidente de la República –en tres ocasiones-, presidente de la principal fuerza política y posible candidato presidencial, no, va más allá, se refiere a la responsabilidad del Estado en la persecución del narcotráfico, el lavado de activos y los límites de los partidos políticos. Sobre este tema tienen responsabilidad tanto el Procurador como el actual presidente de la República, los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados –por su responsabilidad en la aprobación de la Ley de Partidos Políticos-, el presidente de la Junta Central Electoral, los presidentes y secretarios generales de las demás fuerzas políticas, la Cámara de Cuentas, la Dirección Nacional de Ética, la supuesta Defensora del Pueblo, es decir, este es un tema transversal que toca todo el tejido social, toda vez que se envía el mensaje de que el narcotráfico estaría coaccionando con los resortes más delicados de las estructuras de Poder. Siendo conservadores y conservadoras.

El  escándalo creado no se resume a que el Comité Político del PLD se reúna en la casa de Leonel Fernández. No. Ese tema debió debatirse en ese organismo, pero en un terreno institucional, en la Casa Presidencial del PLD. No es un asunto de apoyo político a un líder, Quirino hoy es tema de Estado. La acusación contra Fernández Reyna no es para que funcionarios de poca monta lo tomen como chisme o bola de rumor público sobre la cual montarse para rodar unos días por los medios, sino para que a nivel institucional se tomen las medidas de lugar que envíen a  la sociedad el mensaje de que no estamos viviendo en un Narcoestado. Algo de ficción tiene la vida, de apariencias. ¿O es que es tan natural que un ex convicto acuse a un ex presidente de haberse beneficiado de recursos provenientes del narcotráfico como que un antiguo sastre de San Juan en diez años exhiba una fortuna injustificable, y que encima ambos sujetos involucrados estén política y afectivamente relacionados?

Tampoco las organizaciones de la sociedad civil han hecho presión en ese sentido, como en otros tantos temas de igual importancia y trascendencia. Dado que es narcotráfico, pocos le meten el pico o se salen por la tangente diciendo: “Ellos son blancos y se entienden”. Y es que el mal es tan grande y grave que los más encumbrados comunicadores nacionales eligen de qué hablar, algunas veces por miedo, otras como respuesta al pago de sectores y personalidades. Pero a decir verdad, quien ha debido defenderse de la acusación formulada en su contra no lo ha hecho ni lo hará, porque no es su costumbre, su modus operandi son los grupos de funcionarios, de abogados y de intelectuales que le manifiestan apoyo público, y, claro, las turbas.

¿Qué nos quedará como sociedad? Quizá un ex convicto muerto, un político a quien no le caben más acusaciones pero con potencial para volver a gobernar en esta sociedad de la información y del conocimiento que él tanto ha pregonado con cinismo, una burocracia rolliza a fuerza de ocultar crímenes y delitos de los poderosos, y generaciones de jóvenes y niños que crecen bajo el slogan “el fin justifica los medios”. ¿Qué es lo diferente en esta administración de Danilo Medina? ¿Dónde está la distancia entre él y Leonel Fernández? No aspiramos un Presidente amigo incondicional de ex presidentes, apelamos –por el mandato que le fue conferido a través del voto- a un Presidente amigo incondicional de los mejores valores e intereses del pueblo dominicano.

Duele decir, que hasta el momento, Quirino Ernesto Paulino Castillo (“el Don”) evidencia una fuerte y compleja complicidad de Estado con el narcotráfico, porque el que calla: Otorga. En términos jurídicos el caso prescribió; socialmente acaba de empezar.


jueves, 22 de enero de 2015

Narcoestado


Quien primero dio la voz de alarma en el país fue el dirigente de izquierda Narciso Isa Conde, pero viniendo de él, el término fue obviado como otros de su repertorio contra el sistema neoliberal.  ¡Narcoestado! ¿Narcoestado?  Cuando Isa Conde denunciaba que vivíamos en un Narcoestado nuestras mentes se resistían, porque nos creíamos muy diferentes a Colombia y México. Pero estamos en iguales o peores condiciones, pues siendo el territorio nacional  una de las rutas de tránsito de la droga suramericana hacia Estados Unidos y también laboratorio, no la producimos  ni estamos divididos del principal consumidor del hemisferio por una valla. Somos en la cadena de tráfico y distribución de drogas de la región un eslabón -estratégico por su ubicación, debilidad fronteriza e institucional-, pero sustituible.

¿Cuándo un país es un Narcoestado? Cuando su estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) participa, directa o indirectamente, de la actividad del narcotráfico. Y en esas estamos desde hace décadas, mas nos aferramos a la idea de que somos una sociedad campechana y sana en la que dos o tres forajidos hacen lo que les place. ¡No!, en República Dominicana aquellos que no hacen connivencia con el narcotráfico son antigüedades sociales. Estemos claros en que el porcentaje de narcotraficantes y conniventes con éste que son investigados y apresados son los menos, que existe una franja negra –engrosada por funcionarios, congresistas, militares, policías, jueces y fiscales- que continúa enquistada en el Estado y a la vez operando y colaborando con el negocio de las drogas. Quizá en la puerta del despacho de Joaquín Balaguer no solo se habría detenido la corrupción, también el narcotráfico, pero lo ignoramos porque aún ese flagelo no dejaba cadáveres a orillas de las carreteras. En esta nación de apenas 42 mil kilómetros cuadrados hemos visto desfilar como traficantes y conniventes a funcionarios del Gobierno, familiares de jueces de la Suprema Corte de Justicia, a senadores y diputados, a militares, a ex jefes de la Policía y policías de rangos altos y medios.

El caso Figueroa Agosto lo retrata así. “Junior Cápsula” se codeó con el Estado Dominicano durante diez años en los que supuestamente vivió prófugo en República Dominicana. El caso Quirino, que salpicó de heces al expresidente Mejía y que ahora amenaza con derramar un balde de ese contenido sobre el expresidente Fernández, también, y así el supuesto empresario del Tiempo Marques, constructor de la torre Atiemar y preso en España por tráfico de drogas desde este territorio. Lo evidencia además la foto de Leonel Fernández junto a Arturo del Tiempo Marques y su hijo en el Palacio Nacional, también los ayudantes civiles del expresidente Hipólito Mejía asesinados en circunstancias oscuras durante su gobierno, los tan solos dos fiscales que cayeron presos con el caso de la Dican en el que una veintena de policías está acusada de traficar la droga incautada; el jefe de Operaciones de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) extraditado a Estados Unidos, la regidora de Bonao presa en ese país por narcotráfico, el expelotero ligado a un caso de narcotráfico y sicariato, el laboratorio de drogas desmantelado en San Cristóbal en una casa que un ex asistente del jefe de la DNCD vendió a un narcotraficante hoy prófugo de la justicia.

Pareciera que los impolutos son los congresistas dominicanos. ¿Cuánto cuesta una candidatura a diputado o senador? ¿Tiene un dominicano honrado y con interés de servirle a su país ese dinero para apostarlo al azar de unas elecciones? En la mayoría de los casos no. Nuestros congresistas tienen compromisos con empresarios y con  narcotraficantes, que si bien no cuentan con representación formal en el legislativo, pero sí están protegidos por algunos de estos funcionarios que pagamos a un altísimo precio con dinero de los impuestos. 

Los conflictos por las tierras del CEA en el Este del país están atizados por el narcotráfico. No son agricultores ni empresarios quienes están sacando a los campesinos de sus predios con la colaboración de fiscales corruptos, son narcotraficantes que requieren esas tierras porque después del desmantelamiento de las pistas de aterrizaje clandestinas que usaba Toño Leña, la droga la están lanzando en pacas desde el aire. Los narcotraficantes necesitan tierras donde aquellas puedan caer y ellos recogerlas. Simular que son terratenientes. El asesinato de una pareja de esposos joven en La Patilla de Antosí habría sido producto de uno de estos conflictos. Imagínese usted que a un infeliz campesino le caiga una paca de droga en sus predios y decida tomarla y venderla para salir de una vez por todas de la miseria. En el Este se supone que existen autoridades, algunas confabuladas con esos supuestos terratenientes, pero todo el mundo calla, sino es que la misma autoridad trafica aprovechando la cercanía con Puerto Rico.

El negocio inmobiliario del país está cimentado sobre la droga. Los narcotraficantes necesitan invertir los millones de dólares obtenidos en la venta de estimulantes destructores. Los bancos saben que esos certificados de ahorros son producto de la venta de estupefacientes y hasta le solicitan a los testaferros que muevan las cuentas, que saquen dinero y lo inviertan y vuelvan a guardarlo para disimular. Todos saben de dónde salen los penthouse y las Hommer, pero se hacen los tontos siempre que les signifique ganancias. Qué más da si al final de cuentas hasta los hijos de los banqueros se empolvan la nariz. Si a la economía doméstica se le retira la ficha del narcotráfico, se derrumba el país. Se ufana el Gobierno en el 5% que creció la agricultura durante 2014, y ¿Cuánto creció el narcotráfico el mismo año, señor Presidente?

Los muchachos de los barrios colaboran con el transporte, almacenamiento y envío de la droga que no entra al país por el Salón de Embajadores del AILA y por los puertos, ésa entra resguardada por los funcionarios y oficiales de la Dirección General de Aduanas.  Ellos cobran sus servicios con droga que venden al detalle en los barrios del país, dividido en jurisdicciones que  ni imaginamos. ¿Sabe usted en la zona de qué narcotraficante vive usted? Es bueno que lo investigue, él también es una autoridad. También están los sicarios, brazos ejecutores, la ETA del narcotráfico, la consumen, la venden, matan. Algunos hasta son policías, llamados a perseguir el crimen y proteger a la sociedad. ¿Dónde está La Soga? ¿Es posible que un policía acumule 37 asesinatos sin ser detectado por la institución para la que trabaja y además huir sin que a la fecha sea capturado? Si eso es cierto, merece ser el jefe de Policía, pues es más inteligente y hábil que el actual.

Las mujeres, “los cromos”, en este entramado son parte de la mercancía, negocios paralelos, mulas, camuflajes, testaferras, el trofeo de caza de una actividad en la que a diario se ponen a prueba inteligencia, poderío físico, armamentístico y organizacional. Las premian con carros y apartamentos, ropas, joyas, viajes, con el menudo del negocio gordo de los miles de millones de pesos y millones de dólares. Por sus relaciones con el Poder son sacadas de expedientes de narcotráfico; son geishas, un peligro para el sistema político si caen presas. ¡Ay, si Sobeida hubiese hablado se caen los altares!

Y ahora son los narcocorridos. No se escuchan en la radio, pero no está prohibido que una persona escuche en su aparato receptor y a todo volumen este tipo de música que reivindica la actividad del narcotráfico. Se ha normalizado en la sociedad dominicana el narcotráfico, ya no es vergüenza que un hijo o esposo vayan presos por droga. Las familias, las esposas, ante este hecho luchan por retener el patrimonio acumulado como si de una herencia de familia se tratara y tienen el coraje de vivir una vida normal, disfrutando de casas, vehículos y negocios generados por la droga, aunque uno o varios de los suyos estén condenados a 15 años de prisión.


Y al final del escalafón, nuestros niños y niñas, ejército humano disponible para un crimen que los convertirá en comerciantes de la muerte, mulas, consumidores, sicarios, prostitutas, y quizá alguno o alguna en representante de éstos en la estructura de Poder. No queda más remedio que admitir que República Dominicana es un Narcoestado, y no de primera clase, sino de segunda. 

viernes, 22 de febrero de 2013

Félix Portes, el abogado de las 'niñas malas'



En su historial pesa que fue apresado dos veces en Estados Unidos, acusado de posesión de drogas, deportado al país

Se dió a conocer a finales de 2010 cuando asumió la defensa de Sobeida Félix Morel, amante y cómplice del supuesto narcotraficante José David Figueroa Agosto (Junior Cápsula) en el caso que se le siguió en el país por lavado de activos en el que unas 11 personas fueron condenadas a penas entre los quince y cinco años de prisión.

Portes, al parecer se mueve bien en ese mundillo, pues el 27 de mayo de 1989 fue arrestado en Estados Unidos y se le presentaron cargos por posesión de drogas ilícitas. Casi un año después, el 19 de marzo de 1990, fue declarado culpable de los cargos y condenado a cuatro años de prisión.

Sin embargo, logró la libertad bajo palabra. Pero fue arrestado el 8 de julio de 1991 por los mismos cargos y el primero de mayo de 1992 declarado culpable de posesión y distribución de cocaína, por lo cual fue sentenciado a 15 años. Estuvo dos meses en prisión y fue deportado al país.

En la Policía Nacional consta la ficha de deportado número D99009635 a nombre de Félix Portes.

Aún Félix Portes sigue representando a Sobeida Félix Morel y Leavy Nin Batista, amante y concubina de José David Figueroa Agosto, quien paga los honorarios al abogado. Recientemente las acompañó a la Procuraduría General de la República donde se entrevistaron con varios agentes de la agencia antidroga de Estados Unidos, DEA.

Portes lucha en estos momentos porque se reconozca el acuerdo firmado en Félix Morel y la Fiscalía del Distrito Nacional, que consistía en que ella mencionara a varias personas de las que se beneficiaban de las dádivas del capo boricua, quien purga una pena en Puerto Rico de 200 años de prisión y que estuvo “prófugo” en el país por diez largos años.

Ahora Martha Heredia

La noche de este miércoles 20 de febrero, Martha Heredia, que ya venía sonando por al acusación por violencia de género que interpuso contra Vakeró, fue detenida en el aeropuerto del Cibao, en Santiago, con 1.8 kilos de una sustancia blanca que este jueves fue confirmada como heroína.

Félix Portes la representaba en este conflicto judicial y ahora se le añade defenderla de la eventual acusación de tráfico de droga. El Procurador General de la República dijo hoy que la joven cantante, ganadora del American Idol 2009, se expone a una condena de hasta 20 años de cárcel.

Portes llamó la mañana de este jueves a El Gobierno de la Mañana y dijo que su clienta se encuentra la dotación de la DNCD en Santiago y que no le han informado si le van a formular cargos o no. Por otro lado, refirió que la familia de Heredia está destrosada. No es para menos.

Para terminar, dice un adagio popular que las niñas buenas van al cielo y que las malas van a todas partes, pero es evidente que Sobeida, Leavy y Martha -por el momento- sólo pueden ir a las canchas de los recintos carcelarios.