lunes, 12 de febrero de 2007

Rosario Murillo, la poeta que escribe a "Daniel"

¿Podría establecerse un simil entre Rosario Murillo y Elena Iparraguire o Camarada Miriam? Sí, es posible encontrar rastros de mujeres que lo han dado todo por una causa política y el amor.

Patricia Báez

Los datos biográficos de Rosario Murillo (Nicaragua, 1951) son escasos en la internet y están indefectiblemente mezclados con los del líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y presidente electo de Nicaragua, Daniel Ortega.

Pudiera creerse que la historia política de Murillo, hasta ahora vocero del FSLM, comenzó con Daniel Ortega, pero el destino de esta mujer estuvo marcado desde siempre por la estrella de la lucha revolucionaria. En su sangre corre la sangre del líder de la independencia nicaraguense, el general Augusto Sandino, y desde muy joven se incorporó al FSLN.

¿Cómo se conocieron Murillo y Ortega? es un dato que desconozco, sin embargo, el hecho de que él estuviera preso en las cárceles somocistas entre 1967 y 1974, siendo ya miembro de la dirección del FSLN, puede que haya influido en el encuentro y posterior acercamiento de la pareja que renovó sus votos nupciales en septiembre de 2005, después de 27 años de convivencia juntos.

Una unión, en principio, muy a tono con los aires de las luchas revolucionarias y, al final, muy acorde con los aires de alineación con el sistema. "Los declaro: marido y mujer", sella el pacto de mutuo acuerdo.

De Rosario Murillo se sabe que estuvo casada con Jorge Narváez Parajón, fallecido, y con quien procreó a Zoilamérica Narváez Murillo, una joven que nació en 1967, el mismo año que Ortega cayó preso tras el asalto a un banco, y quien vendría a ser el cisma en la vida de la pareja.

Murillo, mujer de la clandestinidad política y luego primera dama de Nicaragua entre 1979 y 1990 tras el triunfo de la Revolución Sandinista, es poeta. Su pluma le escribe al amor, al desamor, a la naturaleza, a su amada Nicaragua y, claro está, a Daniel, con quien procreó ocho hijos y a quien en ocasiones ha dedicado cartas públicas.

"Pienso que es posible enfrentar la saña, la rabia, el ahogo, el furor, de la derecha y del imperio, con inteligencia, dignidad y respeto, por nosotros mismos, y por los demás", le dijo Murillo a Ortega y otros líderes del FSLN en alusión a la reacción de la dirigencia sandinista a los ataques de los partidos opositores.

Ahora, luego de 16 años fuera del poder en los cuales apoyó a Ortega en las cuatro contiendas electorales a las que éste se presentó sin éxito, Murillo vuelve a ver coronado su sueño de estar en la punta del iceberg, en el abismo de vida y muerte al que está acostumbrada.

En esos 16 años en la ominosa oposición de una izquierda anacrónica y desacreditada, Murillo tuvo tiempo de pasar del macrocosmos político al microcosmos familiar y de género, al enfrentarse en 1998 a la acusación de abuso sexual que hizo su primogénita, Zoilamérica, a Daniel Ortega.

La joven, ya a sus 31 años, tuvo valor para denunciar ante un tribunal y públicamente los presuntos abusos sexuales a los cuales estuvo sometida por Ortega durante 20 largos años.

"A mi madre la consumían las múltiples ocupaciones o responsabilidades ...Desde entonces no tenía la confianza para decirle que su compañero me decía cosas. No desee crearle problemas a mi madre con su compañero...", cuenta Zoilamérica en una carta pública.

Ortega negó las acusaciones y -sobre el apoyo de su madre Lidia Saavedra y la misma Rosario Murillo- apeló a la inmunidad parlamentaria que le otorgaba su posición de diputado. Además de esta ya privilegiada posición, la jueza consideró que el delito del que le acusaban había prescrito y el congreso nicaraguense se demoró en quitarle la inmunidad para que fuera investigado.

Con el argumento de que la denuncia de Zoilamérica era hija de la política sucia de la oposición, la familia Ortega Murillo pareció zanjar la situación. Sin embargo, una sola pregunta desata el maremagnum: ¿Era la revolución sandinista de 1980 una lucha feminista; era un principio del FSLN la libertad política, social y económica de la mujer nicaraguense?

Quizá "con el poder del amor", como suele escribir Murillo, pueda ella conciliar el sueño nocturno sin que el fantasma de la duda la despierte; la duda de que lo cortés no quita lo valiente y de que en la izquierda como en la derecha y el centro: patriarcado, machismo y violencia sexual forman parte del día a día.

Escrito el 11 de noviembre de 2006 para que conste en acta.


En Mujeres en Red, María Suárez Toro hace un análisis más profundo sobre la relación entre el incesto que se le imputa a Daniel Ortega y la composición y recomposición del poder político en Nicaragua a partir del pacto de 1999. Según la autora, el limbo en el que se encuentra la acusación de Zoilamérica Narváez hacia su padrastro es producto de la confabulación de un poder político en el cual el hombre tiene un papel hegemónico y la mujer viene a representar un papel de dignidad y libertad que no es tal.


Haz click en el artículo de Suárez Toro: Nicaragua un presidente acusado de incesto.

3 comentarios:

Orlando Muñoz dijo...

Esquina del retrato de la complejidad de la condición humana en su devenir. Cada caso un laberinto para la comprensión...

Interesantes los temas de tu blog.

Gracias por visitar el peregrinario.

Un abrazo.

Manuel Miranda dijo...

EXTRAORDINARIO MI AMIGA!!!

Pasaba por aca para desearte un feliz dia de la amistad.

Patricia Báez Martínez dijo...

Gracias e igual. Que el amor se exprese en cada uno de tus actos.