Existe una muralla histórica, por no llamarle barrera, que el gobierno de Danilo Medina no ha podido romper, la de la corrupción y la impunidad
Por Patricia Báez
Martínez
Cuando todo cuanto se ha dicho es “un amasijo hecho
de cuerdas y tendones/un revoltijo de carne con madera/un instrumento sin
mejores resplandores/que lucecitas montadas para escena”, solo nos queda la disección de la mentira.
1. El
Presidente inició su discurso de este martes 17 de junio mencionando avances
institucionales y supuestas barreras históricas que ha venido rompiendo su
gobierno. Pero a pesar de que prometió
combatir la corrupción y la impunidad, no lo hizo, por el contrario, además de
solicitar a la ciudadanía “no lanzar piedras hacia atrás”, de ignorar el rumor
público sobre supuestos actos de
corrupción en su gobierno, ha
logrado una reforma constitucional que le permite reelegirse consecutivamente a
través de un pacto de impunidad con el presidente de su partido.
2.
El
Presidente hizo alardes de un supuesto crecimiento económico, tipo China, y de
haber sacado a 500 mil personas de la pobreza.
Sin embargo, un estudio de la Cepal presentado a finales de enero de
este mismo año, ubicó a República Dominicana entre los países de la región con
mayor pobreza e indigencia: La pobreza apenas habría bajado 0.5 entre 2012 y
2013 al pasar de 41.2% a 40.7%. Las 500
mil personas sacadas de la pobreza de las que habla el Presidente equivalen al
5% de la población nacional, ese milagro debió producirse en 17 meses, y, sin
embargo, no ha sido reconocido por los organismos multilaterales. Un día antes
del discurso, el jefe de la División de Desarrollo Social de la Cepal, Simone
Cecchini, dijo en el marco de un seminario organizado por la Vicepresidencia de
la República que “la pobreza por ingresos
ha disminuido” en el país. Muy oportuno el comentario. Mas eso no está ni ha
estado en discusión: El PIB ha crecido sostenidamente a la par con la
desigualdad, lo que entraña un grave problema de redistribución de los ingresos
que Danilo Medina ha ignorado en sus tres años de gobierno.
3.
El
Presidente desea seguir su proyecto de crear 100 mil empleos anuales, sin
embargo, ¿cuáles son las industrias y las empresas que ha creado el Gobierno?
Ninguna. Todo se basa en las visitas sorpresas, para –además de promover la
figura presidencial- financiar la actividad productiva a través de la deuda
pública que ronda entre 25 y 30 mil
millones de dólares y ha generado un déficit cuasi fiscal de más de 8 mil
millones de dólares. Pretende su Gobierno continuar este propósito
de crear 100 mil supuestos empleos anuales, y dejar de lado que el 75% de la
población económicamente activa (PEA) gana menos de 15 mil pesos mensuales y
sin que se produzca un aumento satisfactorio del salario mínimo, cuando menos.
4.
El
Presidente pretende desligarse de la iniciativa de enmienda constitucional, al
alegar que él simplemente ha respondido al clamor popular. Sin embargo, él y su
equipo, después del primer año de gobierno, han estado trabajando para la
reelección, fue él que envió la enmienda constitucional al Congreso que
justificó una necesidad de reforma inexistente, porque si él ha sido un buen
presidente, quién puede predecir que el próximo no será igual o mejor
mandatario que él, solo por mencionar un componente de la huidiza necesidad
de reforma. Su objetivo es presentarse ante la población como un mesías sacrificado.
5.
El
Presidente se refiere a la democracia, a la institucionalidad y el consenso que
supuestamente primó en la aprobación de esta reforma, pero si hubiese sido
democrática se habría hecho un referedum o consulta popular, se hubiesen tomado
en cuenta las voces disidentes en la Asamblea Nacional, y si fuera
institucional quizá no se produce, por ser contra natura reformar una
Constitución que apenas cuenta con cinco años de ser aprobada y para beneficio
de un Presidente en el Poder; y del consenso ni qué hablar, todos sabemos cómo
se produce, y varios asambleístas lo denunciaron: la compra de votos, la
corrupción de que los senadores y diputados sigan en sus curules sin someterse
al escrutinio en 2016, la impunidad de los ocho años precedentes de gobiernos
peledeístas.
6.
El
Presidente, para justificar su daño a la institucionalidad y la democracia, se
refiere a las constituciones de otros países que sí permiten una reelección
consecutiva. Sin embargo, por qué el mandatario no hizo ese mismo ejercicio
para determinar que en este país, como en ningún otro del mundo, se reforma la Carta Magna con tanta fruición y
frecuencia.
7.
El
Presidente expresa que la reelección es vedada en países con instituciones
débiles y que viven el trauma de la dictadura. ¿Y quiere Danilo Medina más
dictadura que esta de partido único-dominante que está imponiendo el PLD desde
1996 y de la cual él pasó de cómplice a principal promotor?
8.
El
Presidente arguye que “se equivocan también los que dicen que introducir la
reelección es beneficiar al gobernante de turno”. Lastimosamente, creemos que
el gobernante tiene que ser muy digno para no aprovecharse de su condición para
reelegirse, y Danilo Medina muestra poca
dignidad, y pasa a formar parte de la lista de buitres que han asaltado el
Estado.
9.
El
Presidente, de forma cínica, presenta como fortalezas del país y contrapeso de
la reelección, el equilibrio político. Equilibrio que él ha alterado al pactar
con el PRD, la que siempre estuvo entre primera y segunda fuerza política desde
1963 a la fecha; y con el PRSC, el primero de los tres partidos del sistema que
convirtió en minoritario y satélite a través de la compra de sus líderes y las
consabidas canonjías.
10.
El
Presidente alega que aún queda mucho para lograr la reelección, que pende sobre
él la guillotina de la voluntad popular. En un país con institucionalidad, en
el que esta reforma no hubiese tenido lugar, la reelección es una posibilidad
50/50 para el presidente de turno, pero en un país presidencialista como éste,
la posibilidad es de 90/10, siendo conservadores. El único presidente que no
logró la reelección consecutiva estando en el cargo fue Hipólito Mejía.
11.
El
Presidente, después de decir que no envió la enmienda constitucional al
Congreso por vanidad, unos párrafos más adelante confiesa que le conviene más
aspirar a un segundo mandato ahora que en 2016. Admite, pues, que la
modificación procura beneficiarle.
12.
El
Presidente exhibe la estabilidad macroeconómica e inflacionaria, sin embargo,
no ha podido bajar de precios los alimentos, ni siquiera los de primera
necesidad, todo lo contrario, recordemos que para pagar por él, para comprarlo
como Presidente, los dominicanos estamos otorgando a las arcas nacionales un
18% de Itebis casi generalizado.
13.
El
Presidente, que prometió una reforma del sector eléctrico, junto a la educativa
y la fiscal, en su discurso de este miércoles, le bajó de rango a la reforma,
ahora es una “iniciativa”. Menciona el
Índice de Desarrollo, pero no se atreve a ponerle el apellido Humano, es decir,
IDH, porque en esa materia es consciente de que, según datos de la ONU (2014),
estamos en el lugar 102 de una lista de 187 países.
“El pueblo es sabio y siempre juzga
con rigidez a quienes están conduciendo su destino”, le tomamos la palabra,
Señor Presidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario